Informe y solicitud de jubilación

Hace poco he tenido la oportunidad de conocer a un compañero al que le sucedió un caso bastante peculiar con su jubilación. La Seguridad Social parecía denegarle el derecho a acogerse al RD 383/2008 aunque cumplía de sobra los requisitos de aplicación del coeficiente reductor dada su edad de jubilación ordinaria a los 66 años.

La resolución venía a decir algo así como que el trabajador «no había alcanzado el requisito de edad necesario para poder acceder a la jubilación», a pesar de que había cumplido todos los requisitos. Así que todo apuntaba a que tenía que quedarse. Es más, incluso le llegaron a decir que su edad eran los 65.

¿Por qué puede ocurrir esto? pues bien, cuando uno todavía no ha cumplido la edad de jubilación que le corresponde para poder acceder a la jubilación como bombero, pongamos los 60 años, lo que ha de solicitar a la Seguridad Social es un «INFORME» en el que se haga una estimación tanto de la edad que a uno le corresponde como la cuantía económica que le va a quedar. En ese informe vendrá cuál es el día en el que puedes jubilarte. 

Hasta ahí supongo que está bastante claro; miras las tablas de este blog, y unos cuatro meses antes acudes a la oficina de la SS a pedir ese informe, así sabrás cuál es la fecha exacta.

Una vez que llegue ese día, entonces han de volver allí para registrar una «SOLICITUD» de jubilación y hacerlo efectivo.

¿Dónde está el problema? el problema viene si en lugar de pedir ese informe lo que haces es registrar la solicitud de jubilación antes de cumplir la edad, con lo cual, al no haber cumplido todavía la edad requerida te dirán que NO, y por mucho que insistas, como tú lo que has iniciado es el trámite de jubilación, serán todo negativas y además justificadas. Por lo tanto, recomiendo que el proceso sea como el que he descrito anteriormente:

 

CONSULTA LAS TABLAS

4 MESES ANTES, COMO MÍNIMO, PIDE INFORME

ACUDE EL DÍA QUE PONGA EL INFORME A REGISTRAR LA SOLICITUD

El compañero al que le ha ocurrido quería compartir esta experiencia, así que sirva este pequeño artículo para difundir este suceso que, por fortuna, ha quedado en una anécdota.

Por último, quería expresar mis mejores deseos a éste y a todos los compañeros que tras una larga carrera profesional de servicio a los ciudadanos, pasan a otra situación administrativa. 

Y digo situación administrativa, porque creo sinceramente que todos aquellos que una vez fueron bomberos, jamás dejarán de serlo…

La jubilación de los bomberos, conoce cómo funciona

En este artículo puedes leer más sobre este tema

Lo que quizá no sepas de nuestra jubilación

En este artículo puedes leer más sobre este tema




Engagement bomberil…

Cuando yo entré como bombero, recuerdo que los veteranos (algunos con 64 años) nos decían que «cuando bajaba el número de salidas en los turnos se enrarecía el ambiente».

Esto pude escucharlo en los diferentes parques en los que estuve, me resultó bastante interesante y siempre que podía pedía opinión al respecto en aquellos turnos a los que iba porque cambiaba de turno o de parque. Una vez que comprobé que era una creencia compartida bastante extendida, y se podía considerar que ya formaba parte de nuestra esencia y cultura profesional, me quedaba comprobar por qué…

Aprovechando que en 2012 estaba haciendo un máster universitario de psicología de la salud, me propuse abordarlo como parte de mi TFM; y una de las hipótesis de trabajo que pretendía comprobar fue

⬇️⬇️⬇️⬇️

¡Si aumenta el número de salidas mejora el ambiente de trabajo en el turno!

¿Qué pensáis que dijeron los datos estadísticos con una muestra de 156 bomberos?

¿Tenían razón nuestros veteranos o eran impresiones infundadas?

¿Qué os dice vuestra experiencia?

Vamos a verlo…

CONCEPTOS

Conceptos básicos a tener en cuenta:

⏺ APOYO EMOCIONAL LABORAL

Uno de los recursos laborales más importantes de cara al afrontamiento de las demandas emocionales tanto de los servicios como de la vida en el parque. Se trata del hecho de que por parte del servicio y de los compañeros uno «perciba» que recibe o recibiría apoyo de ellos cuando tenga un problema o se enfrente a una situación emocionalmente intensa. Remarco «perciba» porque puede que sea cierto o no, eso da igual,  lo importante es cómo lo ves tú, qué percibes a ese respecto. Porque esa percepción es la que va a influir en tus emociones y estado mental.

⏺ RECURSOS PERSONALES: AUTOEFICACIA Y RESILIENCIA

– La autoeficacia es la consideración de nuestras propias capacidades a la hora de realizar nuestro trabajo o afrontar las dificultades que se nos presenten en la vida. Diversos estudios indican que una baja percepción de autoeficacia para hacer frente a las demandas laborales incrementa la vulnerabilidad al burnout (estar quemado en el trabajo). Así que 

– La resiliencia es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e, inclusive, ser transformado por ellas. A lo largo de tu carrera profesional te vas a enfrentar a múltiples situaciones difíciles. Digamos que es la capacidad para adaptarse con resultados positivos frente a situaciones adversas. Se podría hacer una analogía con el entrenamiento físico; al entrenar provocas un daño a los tejidos musculares, los cuales reaccionan adaptándose para ser más fuertes en el futuro. De una forma digamos parecida (para entendernos), el cerebro está preparado para que las situaciones adversas que pongan en marcha recursos emocionales y cognitivos importantes, pongan en marcha un mecanismo adaptativo para que en circunstancias similares en el futuro seas capaz de afrontarlo con mejores resultados emocionales y usando menos recursos cognitivos. Eso podríamos decir que es la resiliencia (en términos coloquiales).

⏺ ENGAGEMENT

El engagement se define como un estado mental positivo relacionado con el trabajo, que se caracteriza por Vigor y Dedicación. Sería como una especie de apego y amor al trabajo, que se compone de varios elementos que mejoran la relación psicológica trabajador-empleo.

⏺ BURNOUT
Se trata de un síndrome tridimensional caracterizado por Agotamiento emocional, Cinismo o Despersonalización y reducida realización personal en el trabajo, o ineficacia profesional que puede ocurrir en individuos que trabajan con personas. El trabajador ya no se identifica con ese trabajo y siente como que está fuera de lugar y «quemado» casi con todo y todos. Cuando alguien se encuentra en ese proceso, lo pasa realmente mal y en ocasiones ni siquiera identifica bien cuál es el problema o problemas centrales, ni sabe cómo salir de ahí.

RELACIONES ENTRE ESTAS VARIABLES

❓❓❓ ¿Qué es lo que se puede concluir del estudio con 156 bomberos sobre las relaciones de estos aspectos?

Si ⏫ BURNOUT ⏬ ENGAGEMENT

Si ⏫ APOYO EMOCIONAL LABORAL ⏬ BURNOUT ⏫ ENGAGEMENT

Si ⏫ AUTOEFICACIA Y RESILIENCIA ⏬ BURNOUT ⏫ ENGAGEMENT

Si ⏫ SALIDAS EN PARQUE ⏫ ENGAGEMENT

La RESILIENCIA hace de regulador entre DEMANDAS EMOCIONALES 🔄 ENGAGEMENT

Leyenda:

Aumenta ⏫  Disminuye ⏬


By flaticon.com

En palabras llanas:

De una muestra de 156 bomberos, los resultados indicaron que…

– Si aumenta el burnout (estar quemado en el trabajo), disminuye el engagement (tu identificación o apego con el trabajo)
– Si aumenta nuestra percepción de autoeficacia, la resiliencia y el apoyo laboral percibido, disminuye el burnout
– Si aumenta la exposición a incidentes críticos a los que se ha expuesto el personal, aumenta el engagement
– Si desarrollas la resiliencia (para lo cual hace falta exponerse a situaciones críticas) las demandas emocionales se van a modular por el engagement y van a afectarte menos

¿CÓMO PODEMOS MEJORAR EL ENGAGEMENT?

Ahora que sabemos que las salidas efectivamente influyen en el ambiente del turno porque supone un aumento del engagement…veamos qué relación tiene con la formación y las técnicas de trabajo.

Para aumentar ese engagement, incidiendo en la MOTIVACIÓN del personal, partimos de la base de que la motivación va a aumentar de la siguiente forma:

1️⃣ FORMACIÓN
2️⃣ ÉXITO EN LAS INTERVENCIONES
3️⃣ AUMENTO DEL ENGAGEMENT Y MEJORA DEL AMBIENTE DE TRABAJO
4️⃣ AUMENTO DE LA PERCEPCIÓN DE AUTOEFICACIA Y APOYO PERCIBIDO

Esa es la línea del tiempo sobre cómo funciona ese mecanismo respecto de la formación y las intervenciones, y aunque hay otras variables organizativas implicadas, en cuanto a formación, sería interesante tenerlo en cuenta para llevar a cabo modificaciones…

Si del total de guardias, un número considerable de horas consisten en mantener el retén en el parque, podemos deducir que la motivación del personal NO PUEDE QUEDAR EN MANOS DE LAS SALIDAS, pues estaremos perdiendo un tiempo valioso de cara a mejorar nuestra percepción de autoeficacia. En ese sentido, la formación no puede depender de «aprender a base de salir». Qué duda cabe que la experiencia es importantísima, pero como fuente de formación no puede ser la única ni pretender que la gente lo aprenda todo a base de salir.

CONCLUSIONES

La CONCLUSIÓN a la que llegué es que LA FORMACIÓN es un recurso absolutamente necesario, no sólo para garantizar el éxito en las salidas, sino también para intentar que el engagement, la percepción de autoeficacia, el apoyo emocional percibido, la motivación y el ambiente en los turnos mejore y evitemos en la medida de lo posible la consolidación de estados emocionales conducentes al burnout.

Me parece importante quitar toda la paja posible a la formación, y establecer un sistema de formación que diferencie, en momentos temporales distintos, lo que es la formación teórica básica, procedimientos de trabajo seguro y sistemáticas y protocolos, de lo que es la práctica de las técnicas de trabajo (TT), tanto en las guardias como en cursos de especialización.

Un «procedimiento» de 40 págs. es infumable como formación diaria; lo mismo ocurre con un power de 60 diapos, etc.

Sin embargo, tener claras las TT que tenemos que conocer en nuestro servicio, y pasarlas a vídeos cortos didácticos o a documentos funcionales y breves, e incluso a fichas tipo mapa mental rápidas; verlo en aula o en una tablet y trabajar en la zona de prácticas, podría cambiar las cosas.

Consideraciones sobre la integración de la PRL

La prevención de riesgos laborales debe desarrollarse en los servicios mediante los correspondientes procedimientos de trabajo seguro y las instrucciones de trabajo. Pero todo eso se refiere a CONDICIONES DE SEGURIDAD, TANTO DE PROCESOS COMO DE EQUIPOS DE PROTECCIÓN. 
A su vez, los procedimientos de trabajo seguro y las instrucciones suelen consistir en documentos de docenas de páginas que se pretende que sean visto en las guardias como parte de la formación diaria. Y suelen ser, además documentos que intentan introducir las técnicas de trabajo entre medio para darle algo de contenido, digamos, profesional-práctico. 
La pregunta es, siendo imprescindible introducir la PRL en todo lo que hagamos, ¿esta es la mejor manera de hacerlo?

Desde mi punto de vista, los servicios de bomberos deben contar con una evaluación de riesgos adecuada y redactar los procedimientos e instrucciones de trabajo seguro POR ADELANTADO, es decir, todos los cuerpos de bomberos deberían sentar las bases de la documentación técnica necesaria antes de mover un dedo como organizaciones profesionales.

Dicha documentación ha de estar disponible para toda la plantilla para consulta, y renovarse constantemente, pero no puede ser la base ÚNICA de la formación diaria de los turnos en sustitución de las técnicas de trabajo necesarias para resolver las emergencias (mucho menos si consisten en documentos de 30 o más folios), sino que han de INTEGRARSE en las tácticas y operaciones de emergencia. Pero eso debe hacerlo el que lleve a cabo la formación, es decir, consultar los PTS e IT de seguridad, y respetar los principios que allí se exponen para todas y cada una de las técnicas de trabajo que se vayan a poner en práctica, y aplicarlo en las intervenciones a través de los recursos preventivos correspondientes. Qué duda cabe que hay que impartir la formación necesaria cuando cambien las condiciones de trabajo, se incorporen nuevos trabajadores, se cambien equipos de trabajo o de protección.

Por otro lado, los procedimientos e instrucciones de trabajo seguro, así como la política de PRL del servicio, creo que debería formar parte del elenco de temas de oposición para acceder, y a su vez, debería ser unidades didácticas básicas del curso de nuevo ingreso. Y que todo el mundo haya tenido que estudiarlos, conocerlos y haber hecho las prácticas correspondientes en cada unidad antes de pisar un turno. Lo cual implica que los cuerpos de bomberos se pongan las pilas y hagan ese trabajo.

Además, como ya se ha mencionado, esa información debe estar accesible para toda la plantilla de forma fácil, impartirla de nuevo cada vez que cambien las condiciones o los equipos, y tenerse en cuenta a la hora de confeccionar las sistemáticas, las técnicas de trabajo y las tácticas de intervención, siendo una permanente fuente de consulta por parte de mandos, formadores y recursos preventivos. 

Pero a lo que voy es que la formación de los bomberos NO PUEDE OLVIDAR LAS TÉCNICAS DE TRABAJO o relegarlas a un segundo plano.

Tan importante es trabajar de forma segura y sabiendo cuáles son tus funciones dentro del equipo, como SABER APLICAR LAS TÉCNICAS ADECUADAS dentro de las tácticas que hayan planteado los mandos. Si sabes cómo protegerte pero desconoces las técnicas de trabajo ni sabes cómo funcionan tus equipos y vehículos, tampoco parece muy adecuado de cara a resolver las emergencias.

Hoy en día, tal como se está planteando la formación, con «procedimientos» de docenas de páginas o de diapositivas PARA VER EN LA GUARDIA, llenas de texto que pretenden que el turno se LEA y APRENDA, ACABAMOS POR NO CONOCER BIEN LAS NORMAS DE SEGURIDAD NI LAS TÉCNICAS DE TRABAJO adecuadas. Así que algo hay que hacer al respecto…

EL DOCUMENTO: TÉCNICA DE TRABAJO

Las TT no sólo son destrezas o conocimientos nemónicos transmitidos de uno a otro, sino que debemos plantearlos como documentos o acciones formativas oficiales que recojan todas y cada una de las técnicas a emplear en las intervenciones y las expliquen textual, gráfica y audiovisualmente, concretando contenidos en aras de hacerlas lo más prácticas, breves y útiles posible, y que incluso sean visadas por el responsable de formación y por el jefe del servicio, de forma que su aplicación tenga oficialidad y sea homogénea en todos los parques. Y que tengan en cuenta los principios de seguridad en su aplicación, desechando todo aquello que no cumpla con la política de PRL.

De esta forma, las TT podremos usarlas de forma individual o hacer una combinación de ellas (táctica) según se desarrolle la emergencia, para poder resolver las distintas situaciones. Es decir, conociendo las técnicas de trabajo por todos, resultaría más fácil aplicarlas en distintos contextos y situaciones según nos convenga…

docs todos

Documentos técnicos de bomberos y su relación con la formación




A Fuego Lento: Cortometraje

Hoy es un gran día.

Miramos atrás y vemos muchas horas de trabajo, muchos planteamientos, ilusiones, discusiones, vemos gente maravillosa y generosa que nos ha acompañado en este largo camino, empresas que nos han apoyado, asociaciones, nuevas amistades… 

A Fuego Lento es un proyecto único e irrepetible que queremos compartir con todo el mundo. Porque es un documental creado con cariño, cuidado, mucha entrega y voluntad. Y queremos que lo sintáis vuestro, que lo compartáis y comentéis con vuestros amigos, familiares. Porque la familia de A fuego lento, hoy crecerá y está mas viva que nunca. 

Esperamos que lo disfrutéis, casi tanto como lo hemos disfrutado nosotros haciéndolo. 

Va por ustedes:

HABÍA UNA VEZ FILMS: A FUEGO LENTO

Como veréis, esto no va contra nadie; esto va de acabar tu carrera eligiendo tú cómo quieres acabarla, siendo conscientes de que eres bombero profesional y lo serás hasta el día de tu muerte. 

Espero que se haga justicia y se permita que estos compañeros puedan elegir si pasan o no pasan a apoyo técnico (segunda actividad) al cumplir 55 años, o siguen operativos en su turno hasta que o bien sus condiciones psicofísicas no se lo permitan, o ellos voluntariamente acepten ocupar otros puestos auxiliares de apoyo técnico. No es tan difícil de entender…

¡El bombero no necesita terminar su carrera con dignidad, necesita mantenerla hasta el fin de su carrera! 

¡Gracias Julio!

http://bombero13.com/a-fuego-lento 





Bomberos – zapadores

La Constitución de 1812 decía así en su artículo 321: Estará a cargo de los ayuntamientos, auxiliar al alcalde en todo lo que pertenezca a la seguridad de las personas y bienes de los vecinos, y a la conservación del orden público. 

Estamos hablando de hace más de 200 años…

Hemos de saber que durante el S.XIX y parte del S.XX en España hubo una constante trama entre realistas, tradicionalistas, carlistas, liberales, constitucionalistas… es decir, entre aquellos que creían en el absolutismo de un rey, y aquellos otros que preferían un gobierno constitucionalmente representativo y que el rey se apartase o que incluso se transformase en una república y se prescindiese de esa figura simbólica ligada al catolicismo. Eso hizo que se sucedieran periodos de «pronunciamientos» en los que se imponía una u otra visión de la situación, digamos, por la fuerza de las armas. La cosa consistía en que en una plaza o región militar, algún general daba una especie de golpe rebelde y se posicionaba a favor de una u otra opción, y el resto del Ejército  se sumaba sistemáticamente a él. Aunque parezca ridículo, esos episodios fueron el pan de cada día durante más de un siglo; incluso lo que ocurrió en 1936 fue otro pronunciamiento; con la diferencia de que en este caso el pronunciamiento no tuvo el tradicional apoyo de todo el Ejército, sino sólo de una parte, generando un conflicto entre un bando y otro que desembocó en la Guerra Civil. De una forma u otra, las condiciones políticas de España sufrían tal inestabilidad que no se podía esperar el pleno desarrollo en apenas ningún sector, lo cual, por supuesto, nos incluía a los bomberos.

Volviendo al tema bomberil, tras la Constitución de 1812, y entre la segunda y tercera décadas del S.XIX la extinción de los incendios se atribuyó a las compañías de zapadores de las milicias locales, que estaban compuestas por grupos de voluntarios autoorganizados militarmente (se pagaban ellos incluso el uniforme). Estas compañías, dependiendo del momento del que hablemos se les añadía el sobrenombre de «Reales» o «Nacionales», según el periodo político fuese absolutista o liberal, y eran incluso despedidos y privados de pensiones y condecoraciones en función de que hubieran servido en ella en uno u otro periodo. En consecuencia, las compañías podían quedar adscritas al Ejército en el primer caso, o a la Milicia Nacional en el segundo. Esta denominación coincide con la que se empleaba y todavía se emplea en Francia para referirse a los bomberos (Sapeurs-pompiers).

 


sapeur pompier
https://www.quimper.bzh

Los zapadores eran indistintamente conocidos como «bomberos-zapadores, como «zapadores» o simplemente como «bomberos» y también era común que se de denominara a la compañía como «Cuerpo o compañía de zapadores y bomberos«. En todos los casos hacían alusión al mismo servicio público; esto es, a un grupo de personas que acudían a los incendios y trataban de extinguirlos como buenamente podían con los medios que tenían, que eran bastante escasos. Básicamente su labor consistía en evitar la propagación en la medida de lo posible, retirando enseres, materiales o vegetación próxima, extinguiendo con bombas aspirantes-impelentes en el mejor de los casos, y llevando a cabo acciones de rescate que bien merecen la consideración de actos heroicos. Tengamos en cuenta que la esperanza de vida de la época no superaba los 40 años, y hasta mitad del S.XX pocos hombres superaban los 50 años de edad. Si además eras zapador, y estabas expuesto a los contaminantes de los incendios y a los riesgos del trabajo, todavía lo tenías más difícil. A comienzos del S.XX los bomberos ya eran conscientes de que llegar a la edad de jubilación era un reto para ellos, y así lo contaban en los pocos heraldos de la época que quedan. Como sabéis, en España no fue reconocido ese hecho hasta 2008. Y todavía en 2020, al margen de algún desarrollo autonómico, no existe ninguna normativa de nivel estatal que haya logrado regular las bases de esta profesión tan antigua en todos los territorios.

Retomando el hilo, ¿cómo se activaban los zapadores ante los incendios? Pues bien, los sacristanes tenían la obligación de tocar las campanas para dar aviso de los incendios. Cuando se trataba de una ciudad grande, con varias iglesias y catedral, cada parroquia debía de tocar con un número determinado de campanadas para indicar dónde se situaba el incendio, pero en la catedral normalmente se tocaba «arrebato». Una vez dado el aviso e interpretado por los serenos, estos debían dar aviso a los zapadores de la ciudad.

Conforme fueron surgiendo las compañías de seguro, los cuerpos de zapadores de las milicias fueron quedando obsoletos, ya que los servicios de extinción de las aseguradoras contaban con más medios y financiación, así que su surgimiento ya supuso un primer varapalo para su continuidad. Más tarde, cuando los municipios fueron creciendo, se fueron creando servicios públicos de bomberos en aras de hacer extensivo el servicio a toda la población, no sólo a aquellos que pudieran costearse un seguro o una mutua. Y en esa segunda etapa ya se aceleró su declive hasta su desaparición definitiva. Muchos municipios comenzaron prestando el servicio mediante bomberos-zapadores que acudían a los incendios, dejando sus empleos habituales cuando eran avisados, y que cobraban una gratificación por ello. Paulatinamente fueron completando las plantillas con personal a tiempo completo hasta llegar a la total profesionalización a mediados del S.XX.

Los enfrentamientos entre bomberos-zapadores de las milicias y los bomberos privados de las compañías de seguros fue una constante en muchas ciudades de España. En muchas ciudades se solapaban los avisos de las campanadas y serenos con las de las aseguradoras, de forma que, en ausencia total de protocolos, en las intervenciones surgieron no pocos conflictos.

En cuanto al personal, las compañías de voluntarios zapadores contaban con tres oficios principales: albañiles, carpinteros y fontaneros. No obstante, se admitían de buen agrado a herreros, cerrajeros y muleros (ya que las mulas y caballos eran imprescindibles para el trabajo).


http://guy.joly1.free.fr/metiers_anciens_oublies_disparus.html

Algunos zapadores fueron asimilados en parte hacia personal de las aseguradoras; salvando escollos de la manifiesta politización de muchos de los zapadores; especialmente si eran contrarias a las de los dueños de las aseguradoras o sus jefes. Más tarde, en los cuerpos de bomberos municipales ocurrió algo similar: algunos zapadores y bomberos privados fueron asimilados, pero empezaron a ser seleccionados de entre aquellos que contaban con ciertos conocimientos técnicos, sobre todo manejo de las bombas y otros equipos y oficios, además de saber leer y escribir en puestos de mayor nivel, profesionalizando en cierta manera el «oficio» a partir de ahí.

A partir de 1835 fue acelerándose el declive de los zapadores como compañías diferenciadas, para acabar desapareciendo en pro del desarrollo de los cuerpos de bomberos municipales.

No obstante, incluso habiendo desaparecido hacía mucho, hasta bien entrada la segunda mitad del S.XX ha sido frecuente encontrar la denominación de «bombero-zapador» como categoría básica en muchos cuerpos de bomberos municipales, así como la predilección por los oficios a la hora de seleccionar el personal.

Todavía tengo compañeros en activo que cuando entraron en los ochenta (por ejemplo, en el Ayto. de Elche) , en sus nóminas venía reflejada su categoría como «bombero-zapador», cosa que recuerdan con cierta nostalgia y emoción por el trasfondo histórico que tiene para esta profesión…

Por separado somos invisibles, juntos somos invencibles





Documentos técnicos en bomberos

En lo que respecta a los cuerpos de bomberos, no se puede decir taxativamente cómo se deben hacer las cosas para que estén bien hechas, ya que va a depender de muchos factores locales; y siendo que el servicio que prestamos es el mismo en todas partes, existen y deben existir particularidades a la hora de organizar el mismo. No obstante, sí que existe un porcentaje elevado de cuestiones comunes que bien se podrían hacer igual, e incluso compartirlas entre bomberos, haciendo más eficientes las AAPP, centrándonos en desarrollar únicamente las particularidades para ajustarlas a nuestro servicio.

Esto obviamente no se está haciendo, ya que el sistema de bomberos en España está plenamente atomizado, diversificado, descoordinado y desconectado unos de otros, y nos nutrimos de jornadas, algún  que otro congreso, de las redes sociales, del copia y pega y el traspase oficioso de documentos (de bombero a bombero) que ha logrado que, más o menos, sepamos los unos de los otros.

Partiendo de esa base, quisiera dar mi punto de vista sobre los beneficios que puede suponer para el servicio el hecho de tener claras las diferencias entre los distintos documentos técnicos que regulan nuestro quehacer diario y que muchas veces no tenemos claro del todo. Me estoy refiriendo a procedimientos, instrucciones de trabajo, sistemáticas y protocolos. ¿De qué estamos hablando? ¿son sinónimos? ¿procedimientos e instrucciones deben ser lo mismo? ¿sistemáticas y procedimientos es sinónimo? ¿protocolo y sistemática quizá? 

Implementar un sistema preventivo en una organización requiere una estructura en varios niveles. En el primer nivel se encuentra el Manual de Gestión de la PRL, que sería un documento que establece el sistema y la política en materia de PRL de una organización concreta, y que se sustentaría sobre la base de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el resto de legislación en materia de seguridad y salud laboral. Una vez que tenemos ese manual elaborado, el siguiente nivel serían los procedimientos, que serían las distintas áreas de actuación específicas. El tercer nivel serían las instrucciones de trabajo, seguidas de las sistemáticas y los protocolos en el caso de los cuerpos de bomberos.

Yo creo que haríamos bien en diferenciar cada cosa y que aunque algunas puedan formar parte del mismo documento, que al menos sepamos qué sentido tiene cada uno y pueda servirnos de guía a la hora de gestionar mejor un cuerpo de bomberos a nivel operativo. Esto es lo que se está haciendo en el cuerpo de bomberos en el que trabajo; ya existe la figura del oficial de seguridad (aparte del servicio de prevención propio) el oficial de formación, el oficial del operativo, de infraestructuras…y se hace necesario tener claros estos conceptos para trabajar de forma armónica.

Veamos…

Pongamos un área de actuación que nos sirva para definir mejor cada uno de estos documentos, por ejemplo, accidentes de tráfico

PROCEDIMIENTOS

En los procedimientos de trabajo se van a reflejar los riesgos, las medidas de seguridad y los EPI que se deben de utilizar en una determinada realización profesional de las unidades de competencia que tienen que ver con nuestra profesión. Estos documentos se pueden denominar: Procedimientos de trabajo seguro.

Es decir, en nuestro ejemplo, este sería un documento en el que vendrían reflejados los riesgos que se pueden encontrar en las actuaciones en accidentes de tráfico, y las medidas de seguridad a aplicar para prevenir accidentes. Es decir, sería una norma de seguridad y salud en el trabajo.

INSTRUCCIONES DE TRABAJO

Dada la complejidad de los distintos elementos que intervienen en nuestras intervenciones, sería positivo desarrollar una serie de instrucciones de trabajo que describan la forma correcta de utilizar nuestros materiales y equipos, así como los procesos que realizamos habitualmente.

En lugar de que cada procedimiento incluya una a una la forma correcta de hacer las cosas con cada uno de los materiales que están presentes en una intervención, partiremos de la base de que podemos hacer un trabajo previo de cara a desarrollar instrucciones técnicas para cada material, cada equipo y cada proceso existente en nuestro SPEIS. De manera que las instrucciones son documentos con entidad propia.

Si hacemos ese trabajo previo, nuestro procedimiento se centrará en describir los riesgos y las medidas a adoptar, así como las instrucciones de trabajo relacionadas.

Dichas instrucciones de trabajo no quedarán ligadas indefectiblemente a un procedimiento en concreto, sino que tendrán cuerpo propio y servirán para varios de ellos, y si las conocemos podremos ir ligando procedimientos para dar una mayor congruencia a nuestra profesión, cohesionando su carácter multidisciplinar.

Las instrucciones de trabajo para el caso de accidentes de tráfico serían las relacionadas con los equipos hidráulicos, equipos de corte, señalización y emplazamiento de vehículos en carretera, triaje, etc.

SISTEMÁTICAS

Una vez que tenemos claros los riesgos de nuestras intervenciones, la forma de usar nuestros materiales y equipos, y de llevar a cabo los distintos procesos, entonces procederemos a desarrollar una sistemática que organice el trabajo durante las intervenciones teniendo en cuenta el turno que tenemos, los vehículos, nuestra área de actuación, tiempos de respuesta, las posibilidades de recibir ayuda de otro parque, etc. 

Nuestra sistemática se encarga de adaptar nuestras funciones como personal interviniente en accidentes de tráfico a la realidad de nuestro parque. Qué tareas hay que hacer, en qué orden, quién hace qué…

PROTOCOLOS

En las emergencias confluimos distintos servicios públicos, con funciones distintas, o con otros SPEIS con idénticas funciones. Tanto un caso como el otro requiere tener clara la forma de actuar conjuntamente en pro de que la colaboración esté prevista, no se dupliquen acciones y nos coordinemos de forma eficaz y eficiente.

Podemos ver que en la elaboración de los protocolos no nos compete sólo a bomberos sino que requiere de la participación del resto de servicio que recoja dicho documento, por lo que su elaboración revierte cierta complejidad y dedicación.

En el caso de accidentes de tráfico el protocolo se referiría a la actuación conjunta de servicios policiales, sanitarios y bomberos para una zona concreta, que puede ser una comarca, una provincia o una comunidad autónoma.

Desde luego que estas cosas se pueden hacer de otra manera; se pueden hacer procedimientos que incluyan instrucciones de trabajo, incluso sistemáticas que incluyan el propio procedimiento. No obstante, desde mi punto de vista, considero que es necesario hacer instrucciones que abarquen todo el elenco de materiales, equipos y procesos, y que dichas instrucciones formen parte de los procedimientos de trabajo y después aseguren el desarrollo del trabajo in situ mediante las sistemáticas y los protocolos de actuación.

FORMACIÓN

Para terminar no podemos dejar de introducir un factor imprescindible para que lo anterior llegue de verdad a la plantilla… LA FORMACIÓN.

Las instrucciones, los procedimientos y las sistemáticas y protocolos conforman la base de la formación, y han de formar parte de un programa de formación diaria, dentro del turno (formación de entrenamiento) que pueda complementarse con cursos monográficos (de perfeccionamiento o actualización); además de otras acciones formativas que complementen el currículo que garantice un contacto permanente y sistemático con las realizaciones profesionales incluidas en las unidades de competencia de las cualificaciones profesionales asociadas con nuestro trabajo. 

Y con ello cerraríamos el círculo…

TÉCNICAS DE TRABAJO

Sin embargo, todavía falta un aspecto importante que tratar y que es ineludible tener en cuenta, se trata de las técnicas de trabajo.
En otra entrada abordaremos ese tema…




En el nombre de bomberos

Por si no teníamos suficiente heterogeneidad fruto de la atomización y la dispersión institucional a la que pertenecemos cada uno, entre otras muchas cosas que quedan por hacer en este patio desordenado donde nos encontramos los servicios de bomberos, encontramos uno de esos denominadores comunes que vienen a contribuir a liar más todavía este entuerto, denominando también de distinta forma a cada uno de los servicios, según dónde se encuentre cada uno, según su historia o sus tradiciones e incluso de sus creencias acerca de lo que somos o debemos ser los bomberos.

Si uno observa el panorama, puede encontrarse con muchas formas de referirse a nosotros:

– SEI (Servicio de extinción de incendios de…)

– SEPEI (Servicio de prevención y extinción de incendios de…)

– SMEIS (Servicio municipal de extinción de incendios y salvamento)

– SPEIS (Servicio de prevención, extinción de incendios y salvamento de…)

– SSEI (Servicio de salvamento y extinción de incendios de…)

– SCI (Servicio contra incendios)

– CB (Cuerpo de bomberos de…)

– RCB (Real cuerpo de bomberos de…)

– SE… (Servicio de emergencias de…)

– Consorcio de…

– Bomberos de…

– Bomberos Diputación de…

– Bomberos Comunidad de…

– Bomberos forales de…

– Emergencias de…

Y sólo son unas cuantas denominaciones, entre otras, aquí no están todas…

¿A qué se debe esto? Pues muy sencillo: a que los servicios públicos de bomberos carecen de una normativa de ordenación y coordinación de los mismos en el marco estatal que, sin quitar ninguna competencia a las CCAA ni a las entes locales, permita avanzar hacia la normalización del servicio en todo el Estado y, además, dar certidumbre al ciudadano.

Pero quisiera ir un poco más allá, porque, si bien la Ley de bases de Régimen Local no menciona el salvamento, los distintos servicios han ido incorporando dicha palabra en sus denominaciones y ha llegado un momento en el que, siendo errónea en su definición, está tan extendida que va a resultar difícil resolver este entuerto. Y digo errónea siguiendo la directriz marcada por el propio Ministerio del Interior, Dirección General de Protección Civil, en su guía sobre el socorro, rescate y salvamento, no es que lo diga yo; porque, en términos de protección civil, no es lo mismo el socorro, que el rescate que el salvamento. Cada uno de esas acciones cumple una función.

Veamos a qué me refiero mediante un ejemplo: Un accidente de tráfico con atrapados…

SOCORRO

https://edition.cnn.com/

El SOCORRO es el hecho de atender la demanda de ayuda por parte de alguien que está en una situación de emergencia, llegando hasta ella y advirtiéndola de tu presencia, y proporcionándole la ayuda más inmediata previa a su rescate.

En el caso de atrapados en un accidente, la fase de socorro consistiría en tomar contacto con los atrapados, llegar hasta ellos todo lo posible, tranquilizarlos e incluso hacerles llegar algún tipo de suministro (mantas, etc.) antes de proceder a su rescate.

RESCATE

https://edition.cnn.com/

El RESCATE es el mecanismo organizativo y operativo dispuesto por los servicios de bomberos para extraer o remover a las víctimas de la zona donde se encuentran atrapadas. En el ejemplo que seguimos, consistiría en extraer a las víctimas de los vehículos con seguridad.

SALVAMENTO

https://edition.cnn.com/

El SALVAMENTO tiene lugar tras el rescate, y consiste en lleva a cabo la evacuación y traslado a un lugar donde poder practicar la atención médica necesaria para restituir su salud (que puede ser en una zona sanitaria en campaña o en un centro sanitario, pero en todo caso practicada por personal cualificado).

Entonces…si el socorro y el rescate son las acciones que más se corresponden con la labor que realizamos los bomberos ¿por qué hemos adoptado el concepto de «salvamento» en nuestra denominación? Son cosas que me pregunto y que obedecen; a voces lo repito, al déficit de regulación y coordinación de nuestros servicios.

Llegados a este punto nos surge la duda de cómo nos deberíamos denominar entonces. ¿Cuál sería el nombre y el identificador más apropiados para nuestros servicios?

Pues bien, por un lado podríamos seguir, una por una, las distintas unidades de competencia a las que nos hemos referido. Así, podríamos denominarnos:

– Servicio de Prevención, Extinción de Incendios, Socorro y Rescate (SPEISR)

– Servicio de Socorro y Rescate, Prevención y Extinción de Incendios (SSRPEI)

O bien podríamos obviar el socorro en la denominación, ya que lo incluiríamos de forma implícita en el rescate:

– Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Rescate (SPEIR)

Podríamos seguir ¿pero realmente eso nos conduce a algún punto de encuentro común? 

Es más ¿acaso nuestras funciones se reducen a esos enunciados? Yo, personalmente creo que es un error tratar de incluir en la denominación las funciones que realizamos ya que te vas a dejar fuera muchas cosas y quedas encasillado. Aparte resulta absurdo ya que existe una forma de unificarlo.

El tipo de corporación que nos albergue, la forma jurídica, etc…poco le dicen al ciudadano (eso es materia de estatutos). Por otro lado, al aceptar eso estamos acotando mucho nuestras funciones y abriendo nuestra esencia y razón de ser a otros que, gustosamente, están adoptando aquello que nunca debimos dejar perder. 

Así que: creemos certidumbre, no adoptemos nombres vacíos, que dejan fuera muchas funciones y faciliten nuestra suplantación, asumiendo conceptos erróneos y, sobre todo, no dejemos que se pierda nuestra verdadera identidad.

Somos bomberos, y los ciudadanos hace siglos que nos encuentran allí donde se nos requiere para… prevenir, extinguir incendios, atención directa en siniestros, así como realizar el socorro y el rescate de víctimas en todo tipo de emergencias.

En esa especie de lucha de siglas nos estamos alejando de una cuestión trascendental; y es que estamos olvidando que existe un nombre que se pierde en la noche de los tiempos y que, muy a pesar de ello, sigue siendo reconocido por la sociedad; y no sólo aquí, sino a nivel mundial y que, poco a poco, hemos dejado que sea reducido a un mero identificador rotulado en los camiones en favor de una denominación institucional poco inclusiva, y más acorde con una definición administrativa que corporativa; y todo en detrimento de nuestro verdadero nombre

¡CUERPO DE BOMBEROS!

¡Por separado somos invisibles, juntos somos invencibles!




Maniobras de emergencia en ascensores

Quiero hacer una entrada rápida, fácil de leer y para ello voy a concretar muy mucho el contenido, refiriéndome a tres tipos de funcionamiento de emergencia por parte de los ascensores que podemos encontrar instalados en determinadas edificaciones como EGAs, hospitales, etc.

Resultado de imagen de elevator emergency fire

https://www.hfmmagazine.com

Si os habéis fijado, muchos ascensores tienen en su planta baja una cerradura para una llave especial y que en muchos casos pone «bomberos». En el interior del ascensor, aparte de la llave de bajada a parking inferior, podemos encontrar otra cerradura de maniobra con la misma llave que la de la planta baja. ¿Para qué sirven?

Si nos remitimos a esta entrada que escribí en 2016, podemos ver en qué consiste maniobrar un ascensor en modo bombero y la legislación aplicable. No obstante, me gustaría mostrar, de modo muy resumido, los tres tipos de funcionamiento que podemos encontrar programado en los ascensores:

MODO BOMBEROS Si accionamos la llave de planta baja el ascensor acudirá a la planta baja y se quedará con las puertas abiertas, y no responderá a la llamada desde las plantas
MODO PREFERENTE Si accionamos la llave de dentro del ascensor, éste sólo obedecerá desde dentro de la cabina, no desde las plantas
MODO BLOQUEO Si accionamos la llave desde dentro de la cabina, al llegar a la planta seleccionada se quedará la puerta abierta y sólo volverá a funcionar si volvemos a accionar la llave o la desactivamos (girando en sentido contrario)

Estos tipos de funcionamiento pueden encontrarse programados por separado, todos a la vez en un mismo ascensor e incluso estar instalados de forma distinta en un mismo edificio, existiendo ascensores con uno, dos o los tres sistemas programados, como por ejemplo ocurre en muchos hospitales.

Ni que decir tiene que me consta que  LA MAYORÍA de SPEIS en todo el Estado CARECE de estas llaves. Y no quiero seguir porque este tema, si me lo permitís lo trataremos en otra entrada, y no prometo que sea corta…


Imagen destacada: https://www.hfmmagazine.co




Cables eléctricos y tiempo de evacuación

Los que llevamos unos cuantos incendios a las espaldas hemos vivido de cerca la cantidad de humo que generan los cableados eléctricos, tanto de viviendas como de comercios, industrias…, un humo que además suele ir cargado de sustancias tóxicas e inflamables, siendo el monóxido de carbono (CO) el más habitual y casi que peligroso de todos ellos.

Casi con toda seguridad, el humo es el peor enemigo para las personas, y si lo es para ellas eso significa que es nuestro mayor enemigo también y su control ha de ser prioritario a la hora de intervenir. En este sentido, existe una serie de sustancias llamadas halógenos (Flúor, Cloro, Bromo, Yodo y Astato…) que si están presentes en la combustión originan humos corrosivos y tóxicos que además son bastante oscuros u opacos y que dificultan las labores de rescate y extinción, siendo responsables directos de muchas víctimas.

A partir de los años 50 los cables empezaron a enfundarse en plásticos, desarrollándose poco a poco sustancias cada vez más específicas para el enfundado de cables según la tensión que soportan, el uso que se les vaya a dar y el aislamiento que se necesita conseguir. No obstante, los derivados plásticos que se han utilizado, podemos encuadrarlos en tres categorías:

  • Cables de PVC (policloruro de vinilo)
  • Cables de XLPE (polietileno reticulado; muy parecido al PVC)
  • Cables libres de halógenos

¿Dónde se instalan?

Según el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, existe obligación de instalar este tipo de cables en:

  • Línea General de Alimentación
  • Centralización de contadores
  • Derivaciones individuales
  • Locales de pública concurrencia como…
RESTAURANTES BARES CAFETERÍAS
CASINOS TEMPLOS ZONAS COMERCIALES
HOSPITALES ASILOS MUSEOS
HOTELES HOSTALES AEROPUERTOS
AMBULATORIOS SALAS DE CONFERENCIAS ESTACIONES DE VIAJEROS
GUARDERÍAS
  • Si la ocupación prevista es superior a 50 personas (40 m2 útiles):
BIBLIOTECAS CENTROS DE ENSEÑANZA CONSULTORIOS MÉDICOS
COMERCIOS OFICINAS PÚBLICAS RESIDENCIAS
GIMNASIOS SALAS DE EXPOSICIONES CENTROS CULTURALES
CLUBES SOCIALES CLUBES DEPORTIVOS
  • En condiciones BD2, BD3 y BD-4 según UNE 20460-3 todos aquellos locales no contemplados en los párrafos anteriores con capacidad de ocupación mayor de 100 personas:
BD-2 DIFÍCIL EVACUACIÓN BAJA DENSIDAD DE OCUPACIÓN. CONDICIONES DIFÍCILES DE OCUPACIÓN EDIFICIOS DE GRAN ALTURA
BD-3 ATESTADO ALTA DENSIDAD DE OCUPACIÓN. CONDICIONES FÁCILES DE OCUPACIÓN LOCALES ABIERTOS AL PÚBLICO
BD-4 DIFÍCIL Y ATESTADO ALTA DENSIDAD DE OCUPACIÓN. CONDICIONES DIFÍCILES DE OCUPACIÓN EDIFICIOS DE GRAN ALTURA ABIERTOS AL PÚBLICO

Fuente: Elena peraza Castellano


Emisiones de monóxido de carbono

Los cables de PVC son los que mas partículas de CO emiten, seguidos por los de XLPE, y los que menos emiten son los libres de halógenos. En la siguiente gráfica podemos ver que en los primeros 8 minutos de incendio, el cable de PVC llega a emitir 6 veces más partículas de CO que el libre de halógenos, mientras que el de XLPE se sitúa entre ambos.


Esto quiere decir que con cables libres de halógenos las víctimas del incendio tendrán mucho más tiempo para evacuar el edificio, buscar una zona segura o esperar a que podamos rescatarlas.


Visibilidad

Por otro lado la visibilidad en un incendio en el que esté implicado uno u otro cable es muy diferente, existiendo peor visibilidad en incendios de cables convencionales. Los ensayos de transmitancia luminosa ponen en evidencia esta diferencia:



Con la pincelada que hemos visto sobre este asunto podemos darnos cuenta de la importancia que tiene en los incendios con cableado implicado, tales como centralizaciones de contadores, etc.

Sólo falta que estos principios se generalicen al resto de materiales que almacenamos en nuestros hogares…





Intervención en crisis suicidas. Guía práctica para servicios de bomberos

Os dejo un enlace a un trabajo que han realizado desde ASINPEC y que está especialmente concebido para bomberos.

Como veréis, se trata de una guía realizada por una psicóloga de emergencias y que no consiste en un procedimiento de trabajo como tal, sino que trata de aportar los conocimientos sobre Conducta Suicida e Intervención en Crisis Suicidas necesarios para que cada servicio pueda elaborar sus propias pautas de actuación.

INTERVENCIÓN EN CRISIS SUICIDAS

GUÍA PRÁCTICA PARA SERVICIOS DE BOMBEROS

 

Silvia Menéndez Duarte


Entrada relacionada: Intervención en tentativa de suicidio



logo-plano-mini-1




Acústica y operatividad en los vehículos de los servicios de bomberos

Ya respondíamos en otra entrada anterior a las preguntas ¿Cuál es la potencia que debe tener una sirena? ¿Cuándo la usaremos? ¿Es eficaz en todos los casos durante nuestra conducción? ¿Podemos usarla en solitario?… Sin embargo, todos sabemos los problemas que tenemos en las cabinas de los vehículos cuando circulamos con nuestros vehículos o cuando operamos con nuestras bombas. Problemas que van más allá de unas simples molestias, sino que inciden directamente en nuestra operatividad y en nuestra salud auditiva a medio plazo.

Todos conocemos los riesgos derivados del uso de máquinas como motosierras, motodiscos, etc. Riesgos para los que podemos y debemos utilizar protección auditiva. Sin embargo, los ruidos derivados del uso de los vehículos y las bombas no son susceptibles de utilización de esa protección auditiva dado que el equipo de intervención debe poder comunicarse por radio y de forma interpersonal entre sí, así que la cosa se complica y queda normalmente sin atenderse debidamente. Además, se trata de una de esas cosas que damos por hecho que es inherente al desempeño de nuestra profesión y es «ineludible» (tal y como lo era hasta hace poco ir con el traje contaminado). En este sentido… ¿Hemos medido este riesgo? ¿Sabemos de qué niveles de interferencia estamos hablando? ¿Pueden suponer un riesgo para la salud auditiva de los bomberos? ¿Cómo afecta a la operatividad? ¿Qué podemos hacer al respecto?…

En aras de abrir el debate sobre este aspecto os presento un trabajo titulado «Acústica y operatividad en los vehículos de los servicios de bomberos» en el que se realizan una serie de mediciones y observaciones sobre el tema del ruido en nuestros vehículos en situación de emergencia y que trata de aportar datos que puedan servir de base para futuros estudios técnicos más serios sobre los riesgos derivados del ruido en nuestros vehículos.



Este estudio lo hemos realizado dos bomberos y, como digo, se trata de una primera aproximación a esta problemática que nos ha permitido disponer de una visión general y del que hemos podido extraer unas primeras conclusiones para nosotros interesantes. Entre ellas las de valorar la utilización de auriculares de intercomunicación…



Esperemos que sirva para despertar el interés de los bomberos por este tipo de riesgo, y podamos motivar a otros a indagar y profundizar en este problema y encontrar las mejores soluciones de cara a mejorar nuestras intervenciones y proteger nuestra salud.

Imagen relacionada

Descarga el documento


Entrada relacionada


http://bombero13.com/senalizacion-acustica-sirenas-en-los-vehiculos-de-bomberos