Teniendo esto en cuenta, y que no existe normativa que aborde de forma completa este asunto, en este artículo me gustaría recuperar algo del gran trabajo que se hizo en el Congreso de Bomberos de Zaragoza de 1983, y de alguna manera reivindicar los beneficios de la normalización de aspectos profesionales de índole común que pueden ser transversales a todos los territorios; como en este caso la nomenclatura los vehículos. En este sentido, los cuerpos de bomberos estamos logrando normalizar muchos procesos, pero no de forma oficial sino oficiosa, sobre todo a través de la influencia de los fabricantes, pues todos adquirimos nuestros materiales y equipos más o menos en el mismo grupo de empresas suministradoras y consultamos unos con otros para poder comparar. A este respecto, no existe ningún organismo de normalización, ni oficina técnica de bomberos a la que recurrir, así que cada jefatura “hace lo que puede” según las necesidades, el asesoramiento que encuentre en ese momento, presupuesto propio y de UNESPA, y los acuerdos que logre con los representantes de los trabajadores…
También quisiera aprovechar para hacer una nota técnica que pueda servir de guía al operativo en cualquier servicio, y además añadir algunos tipos que no estaban en 1983, y que a día de hoy he constatado que existen, y otros que pienso que tendría sentido añadir. La veréis al final de este artículo.
La regla general, de cara a rellenar el PUA, es que la nomenclatura contenga 3 cifras. Regla que respetaremos salvo casos muy especiales, como el caso de los vehículos de aeropuerto, cuya nomenclatura es internacional.
Sería recomendable que algunas denominaciones se modificaran; por ejemplo. FER (furgón de escalada y espeleología), los bomberos no hacemos escalada ni espeleología (que sería una actividad deportiva en el primer caso, y una disciplina científica en el segundo), sino que llevamos a cabo intervenciones de rescate en altura y en espacios confinados (como puede ser una cueva, etc.). Quizá hubiera sido más apropiado denominarlo Furgón de equipo de rescate, así la abreviatura podría ser la misma y mucho más inclusiva.
También existe alguna denominación que ha quedado obsoleta, no obstante, la sigo incluyendo más bien por respeto a los congresistas del 83.