Emplazamiento en carretera ¿una competencia exclusiva de los agentes de tráfico?

image_printImprimir

En las intervenciones de emergencia en carretera, la seguridad y la eficiencia del despliegue de recursos son vitales; tanto los bomberos como los servicios sanitarios tienen que considerar una serie de factores críticos al emplazar sus vehículos, que van desde la necesidad de proteger el área de intervención hasta garantizar el acceso rápido y seguro a las víctimas. Sin embargo, nos encontramos ante un debate sobre la competencia exclusiva de los agentes de tráfico en la determinación de la ubicación de estos vehículos. En este sentido, ¿es realmente efectivo que los agentes de tráfico tengan el control absoluto en estas situaciones? ¿podría ser una competencia concurrente en actuaciones conjuntas?

Los servicios de bomberos disponemos de procedimientos y sistemáticas de trabajo que incluyen el correcto emplazamiento o ubicación de nuestros vehículos y que tienen en cuenta cuestiones operativas y de seguridad para las víctimas e intervinientes. También incluimos a los servicios sanitarios en ellos, y aunque en algunos municipios se ha llegado a acuerdos puntuales con estos últimos, lo cierto es que echamos en falta un auténtico procedimiento de actuación conjunto que pudiera ser conocido por aquellos servicios públicos implicados en las emergencias en carretera, y que nos permitiera trabajar con una mayor coordinación a nivel autonómico o, al menos, provincial.. Y esto incluye tanto a los servicios policiales competentes en materia de circulación, como a los servicios sanitarios y a los cuerpos de bomberos. 

Estos tres servicios trabajan habitualmente de forma conjunta en accidentes en carretera, cada uno de ellos tiene un importante cometido en este tipo de intervenciones; en líneas generales:

  • Servicios policiales: control del tráfico, seguridad y ubicación de los vehículos
  • Servicios sanitarios: salvamento de víctimas
  • Servicios de bomberos: socorro y rescate de víctimas, protección del espacio de trabajo

No obstante, me consta que tanto sanitarios como bomberos consideramos que existe un déficit de coordinación de los mismos por parte de las instituciones y autoridades responsables del ordenamiento del tráfico, habiendo delegado en los servicios policiales la responsabilidad absoluta del ordenamiento del tráfico pero también del emplazamiento de vehículos de emergencia en la vía pública.

A este respecto hemos de decir que el emplazamiento, tanto de vehículos de bomberos como de ambulancias, han de seguir unos premisas que nos permitan proporcionar la mayor seguridad posible a las víctimas, al tiempo que han de hacer lo propio para con los intervinientes y que, además deben resultar operativos y estar realizados con rigurosa profesionalidad, conocimientos técnicos y en consonancia con los procedimientos y necesidades del resto de servicios.

Los vehículos de bomberos disponen de materiales de rescate y extinción con una determinada configuración y distribución en los mismos, de forma que, en función de cómo emplacemos el vehículo en la zona de trabajo, estaremos en mejor o peor disposición para acceder a diversos materiales y equipos, lo cual, al planificar de antemano su estiba, tenemos protocolizado su uso y emplazamiento en el escenario de la emergencia. Además, las bombas suelen estar en las traseras de los vehículos, y el operador de bomba no puede estar sometido a la cercanía del tráfico, exigiendo que nuestro protocolo contemple normalmente la inclinación de la misma hacia el arcén, así como el aseguramiento de que los materiales de excarcelación y movilización de víctimas queden en el lado de intervención y no hacia la carril habilitado para la circulación, ni tampoco junto al arcén, a un terraplén o cualquier otro obstáculo que nos impida hacer nuestro trabajo con eficacia y seguridad.

En definitiva, los bomberos, en nuestras intervenciones en carretera por accidentes de tráfico, necesitamos emplazar nuestros vehículos pesados de forma que hagamos segura la zona del accidente, que podamos proteger a los servicios sanitarios en sus labores de salvamento de víctimas, que podamos ubicar nuestras herramientas en la zona proximal a los trabajos de rescate y que los operadores de bomba estén seguros en el desempeño de sus funciones de suministro de material y protección contra incendios.

A su vez, los servicios sanitarios deben movilizar víctimas y atenderlas, muchas veces en el mismo lugar en el que se encuentran, y necesitan toda la seguridad posible, tanto a la hora de realizar esas tareas in situ como en el emplazamiento de sus vehículos sanitarios, de forma que el traslado de las víctimas se efectúe con garantías de seguridad y rapidez. En este sentido, nuestros vehículos pesados ofrecen una buena protección en la zona del incidente, e incluso sirven de parapeto entre el accidente y la zona sanitaria, y si se colocan debidamente resultan ser unos excelentes muros protectores entre los cuales nuestros equipos sanitarios pueden movilizar heridos y emplazar sus ambulancias con suficiente seguridad. Y esa forma de proceder es la que habitualmente tratamos de realizar.

En la siguiente tabla podemos ver las atribuciones que reconoce a los  bomberos  la guía de buenas prácticas para la atención inmediata a víctimas en siniestros viales, que se hizo en el seno de la fiscalía general del gobierno central, la cual sigue dejando fuera la posibilidad de que podamos decidir en materia de emplazamiento de vehículos según nuestros procedimientos de trabajo…

Son incontables las ocasiones en las que es imposible poner en marcha nuestros procedimientos, ni tampoco aquellos que tratamos de hacer extensivos a los servicios sanitarios, ya que aquellos que deciden sobre nuestro emplazamiento desconocen nuestras necesidades, y muchas veces actúan con arreglo a sus competencias pero no del todo adecuada según las necesidades de los servicios públicos que allí nos encontramos. Y todo se debe, a nuestro juicio, a un déficit de coordinación interservicios, consecuencia de la ausencia de un procedimiento o instrucción que regule una forma de proceder compartida por todos los implicados, al menos de nivel autonómico porque, sinceramente, desde el estado ya no espero nada a estas alturas.

Existen razones de peso para que sanitarios y bomberos dispongan de procedimientos de trabajo que incluyan el correcto emplazamiento de sus vehículos dependiendo del tipo de incidente, que tengan en cuenta su localización, el tipo de vía, etc. Esto parece indudable, no obstante, echamos en falta la existencia de un procedimiento consensuado con todas las partes implicadas y que nos lleve a normalizar e implantar en nuestras carreteras esta forma coordinada de trabajar sin que tengamos que depender de modo absoluto del criterio de un agente que, con todos mis respetos, no tiene por qué conocer nuestros procedimientos de trabajo ni las necesidades de emplazamiento operativo y de seguridad de nuestros vehículos, siempre orientados hacia la prestación de un mejor servicio a la ciudadanía.

En otros países existen protocolos de trabajo conjunto y se han establecido competencias concurrentes que garantizan el ejercicio profesional de los distintos servicios públicos implicados en las emergencias y que evitan la rigidez competencial, reasignando competencias en determinadas circunstancias en beneficio de las personas y el medio ambiente. Aquí se hace de forma oficiosa, porque en la mayoría de ocasiones los agentes de tráfico son comprensivos y proactivos y entienden nuestras necesidades, colaboran y acceden a nuestras peticiones; pero no dejan de ser eso, peticiones que en última instancia van a depender de la voluntad de un funcionario que no se va a hacer responsable después de la menor o mayor eficacia a la hora de atender a las víctimas, porque lo que realmente le interesa es que el tráfico fluya, máxime cuando la legislación e incluso una guía de buenas prácticas, termina de dejarle claro que él es el que decide dónde se ubican los vehículos de todos los servicios.

No obstante, el estado español va perdiendo competencias a pasos agigantados, así que no nos podemos fiar de que ninguna solución llegue de allí porque cada día es menos capaz de tomar decisiones, como mucho lo que hace es servir de medio para que se hablen entre distintas AAPP y decidan ellas; algunas más que otras, por supuesto.
Por otro lado, la Guardia Civil española todavía opera en la mayoría de carreteras de nuestros territorios y no se han creado policías propias en todos sitios, así que,
 al menos sería interesante que en los territorios que ya son competentes en materia de tráfico entiendan la necesidad de coordinación en este sentido y se pongan las pilas con sus policías y sus servicios de emergencia, quizá ahí sí que se podría llegar a alguna solución que permitiese implantar nuestros procedimientos de trabajo en dichas intervenciones al máximo posible.

En fin, tratemos con respeto a los servicios policiales, intentemos explicar nuestras necesidades y acatemos sus órdenes, y mientras llega o no llega algún tipo de regulación de verdad respetuosa con nuestros procedimientos operativos, sigamos emplazando como nos dejen..

Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa. (Montesquieu)

  • The original article by bombero13, firefighter, Valencian Country, Europe 
     
     
image_printImprimir
error: Content is protected !!