En Francia, los bomberos son entidades municipales encuadradas en el Ministerio del Interior (Dirección Gral. de Seguridad Civil y Gestión de Riesgos), y están regulados por leyes nacionales dictadas por este ministerio, aunque las entidades locales los administran, tienen bastante libertad para su gestión y la contratación del personal (siempre cumpliendo la legislación nacional), así, desde las normativas del Estado se establece el número de profesionales, el número de bomberos y mandos por parque, las prestaciones sociales, las formas de acceso y de promoción, salarios, movilidad por toda Francia..
En definitiva, las leyes nacionales dictaminan, las entidades municipales se encargan de garantizar esos servicios a su población en los términos establecidos por el Estado.
En este artículo vamos a analizar el caso de la Brigada de París; BSPP, que como muchos sabréis, tienen la peculiaridad de que son militares; aunque no es el único caso de entre los bomberos franceses, lo peculiar de Francia es que en París y en Marsella no sólo son entidades municipales, sino que forman parte del ejército, es decir, es el propio ministerio de defensa el que se encarga de prestar el servicio, y cumplir las normas estatales sobre seguridad contra incendios, en esos lugares. Y por tanto, existen dos tipos de bomberos en las ciudades: los bomberos civiles municipales, y los bomberos militares municipales.
Además, también lo son los bomberos del Ejército del Aire, los bomberos de la Armada y los bomberos de Marsella, a lo que podríamos añadir el FORMISC, que también es una unidad de emergencias militar (con la misión de dar soporte a los bomberos y a la policía en caso de catástrofe en Francia y actuar como unidad militar de emergencias en caso de guerra).
Vamos a analizar los hechos que condujeron a nuestro país vecino a introducir los bomberos militares en los Centres de Secours municipales en París:
El 11 de marzo de 1810 tuvo lugar el enlace entre el emperador Napoleón Bonaparte con Maria Luisa de Austria (Archiduquesa de ese país). Unos meses después de la boda, el 1 de julio de ese mismo año, el príncipe Schwarzenberg, embajador de Austria en París, convocó una recepción en la embajada. Este encuentro hacía las veces de celebración nupcial y de oportunidad diplomática; sobre todo esto último, por lo que allí se encontraban buena parte de la aristocrácia europea y varias personalidades de los países de su entorno.
Allí se encontraban alrededor de 2000 invitados. A pesar de que la embajada se había construido en el edificio de un antiguo hotel (El Hotel Montesson), hizo falta hacer obras provisionales para la recepción de invitados en los propios jardines para proteger a los invitados de la posible lluvia. Los techos eran de lona y debajo de ella se cubrieron con tela de hule. Las paredes de estas estancias provisionales se pintaron con pinturas disueltas en alcohol, para que secaran más rápido. Habían cortinas de seda, y la iluminación era muy intensa, debido a la colocación de 73 candelabros de bronce.
Apenas 48 horas antes del evento, con todo casi preparado, el coronel de bomberos se presentó en el lugar, y el secretario del embajador le daba instrucciones: “Procure no ser ostentoso con los medios contra incendios, para no alarmar a los invitados”. El Coronel Ledoux, a pesar de ser conocedor de los riesgos, cede y envía únicamente 2 suboficiales, 4 bomberos y 2 bombas manuales.
Antes de que diera comienzo el evento, el mayordomo del embajador se da cuenta del peligro que suponen los candelabros tan cercanos a las cortinas que decide apagar aquellos que considera más peligrosos. Más tarde le ordenan volver a encenderlos.
A las 22 h suenan las bandas de música y se da la bienvenida a los invitados. Tiran un castillo de fuegos artificiales y ahí comenzaron los problemas. Uno de los cohetes cae todavía encendido en la parte exterior del recinto, y prende fuego a una de las cortinas. En ese momento los invitados se encuentran fuera, y no se dan cuenta de que los bomberos realizan una rápida intervención y consiguen extinguirlo.
A las 23:30 h ha dado comienzo el cóctel. Suena la música, la gente se encuentra en animada tertulia. La emperatriz Caroline Bonaparte, reina consorte de Nápoles, Catalina de Wurtemberg, Reina de Westfalia, la princesa Borghese, la Princesa de Schwartzenberg, mujer del hermano del embajador, sus hijas y un centenar de otras damas estaban bailando, cuando una vela de uno de los candelabros cae cerca de la puerta de entrada del recinto y prende fuego a las cortinas.
Las cortinas propagaron el fuego rápidamente al techo y a las cortinas contiguas, y en poco tiempo buena parte de los invitados se encontraban bajo un techo en llamas.
Napoleón cogió en brazos a María Luisa y la sacó del local atravesando las llamas sin arredrarse, para volver enseguida a colaborar en las tareas de extinción.
Dos de las tres salidas se encontraban en llamas, sólo quedaba libre una salida que daba a las escaleras, así que allí se dirigió la multitud, que agolpada,se pisaban unos a otros. Muchos fueron aplastados, numerosas mujeres vieron cómo ardían sus cabelleras…
Los pocos bomberos que habían no podían acceder al recinto dada la multitud que se agolpaba en la única entrada que tenían desde el exterior del jardín. Y avisar a los refuerzos y que se organizara un grupo contra incendios podía llevar varias horas. Así que el fuego continuó a sus anchas para acabar extinguiéndose a las 4 de la mañana.
El número de víctimas fue ocultado a la sociedad y a los medios de comunicación de la época. No obstante, el escritor Léonce Grasilier escribió en uno de sus relatos que pudo contar al menos 90 cortejos fúnebres saliendo de la embajada los días posteriores al suceso.
Estos hechos tuvieron mucha trascendencia, y el propio Napoleón quedó muy afectado, pues entre las víctimas se encontraba la cuñada del embajador de Austria; Pauline de d’Arenberg.
Napoleón convocó una reunión para analizar los hechos, y aquí es donde se puso de relieve los pocos medios contra incendios que se habían dispuesto. Los allí presentes le echaron la culpa a todo lo que pudieron, con tal de desentenderse de toda responsabilidad. Las escusas eran dispares: Los bomberos iban borrachos, el sistema de bomberos actual es defectuoso, el personal está desmotivado, no tiene disciplina, y está mal supervisado y liderado.
Aunque se pudo demostrar que los bomberos no estaban borrachos, y que incluso sofocaron el primer conato de incendio exitosamente, Montalivet, Ministro del Interior, convenció a napoleón de que debían hacer cambios organizativos y operativos en los bomberos.
Tanto es así que napoleón mandó disolver el Corps des Gardes Pompes civil de París, el cual fue sustituido por una Brigada de militares que se reconvirtieron en bomberos, a las órdenes del jefe de policía de París.
La Brigade de Sapeurs-Pompiers de Paris (BSPP) acababa de nacer.
La BSPP se financia por una triple alianza entre Estado, la ciudad de París y los 3 departamentos centrales.
El acceso a la condición de bombero militar sólo es posible hasta los 25 años de edad, después ya no está permitido el acceso.
La organización de la BSPP es bien distinta en cuanto al régimen de guardias y demás respecto de los bomberos civiles. Los bomberos de la BSPP realizan 12 servicios de 24h al mes, unos 130 servicios de 24 h al año durante 17 años; momento en el que pueden jubilarse. Es decir, realizan los mismos servicios (en cómputo de horas total) que cualquier otro bombero francés en 35 años, con 65 servicios anuales, pero concentrado en 17 años. De forma que se garantiza la regeneración y la juventud de la plantilla en París, no siendo así en el resto de Francia. Esto es para “soldado”, pero los oficiales y suboficiales militares para poder retirarse deben contar con 27 años de servicio, aunque con 15 años de servicio los oficiales suboficiales y 10 años los bomberos, ya podrían solicitar su retiro con una pensión más ajustada.
EFECTIVOS Y PRESUPUESTO
La BSPP presta servicio a 124 distritos del departamento de París, con más de 7 millones de habitantes. Cuenta con 8.650 efectivos, distribuidos en 78 centros (71 parques municipales, 3 parques NRBQ, 2 RSMU (búsqueda y rescate urbano en derrumbes) y 2 parques náuticos NAU, con buceadores de rescate). A su vez se dividen en 3 grupos de incendios y rescate (GIS), 1 grupo de mantenimiento (GAS), 1 grupo de apoyo y rescate (GSS) y 1 grupo de formación-instrucción (GFIS).
Cada día se encuentran de guardia 1900 sapeurs pompiers en París.
Actualmente, la BSPP, además de la ciudad de París, también presta servicio en otros departamentos e infraestructuras:
REMUNERACIÓN
En cuanto al sueldo de los bomberos rasos de la BSPP, es de unos 1750€ para un cadete recién entrado.
El presupuesto anual de la BSPP es de unos 510 millones de € anuales, de los cuales unos 60 millones corresponden a inversiones.
El coste de la BSPP por habitante asciende a unos 72€, y el coste medio de cada intervención asciende a unos 118€.
LLAMADAS E INTERVENCIONES
En 2023 recibieron 1,4 millones de llamadas, con un total de 495.397 intervenciones (1.357 intervenciones al día).
El 81,5% de las intervenciones son rescates y salvamentos, el 3,1% incendios, y el 8,4% asistencias técnicas y otras intervenciones.
Los incendios e intervenciones históricamente más destacadas de la BSPP fueron:
Por y para bomberos
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