Dado que el Govern tiene un talante “progresista”, ese servicio público esencial de emergencias se va a prestar desde una sociedad mercantil de derecho privado, no con empleados públicos que accedan mediante ofertas de empleo públicas, sometidas a los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad; aspectos que todo el mundo sabe que son contraproducentes para cualquier sociedad moderna.
Eso ocurrirá en otros sitios donde gobiernen grupos políticos involucionistas; aquí no, aquí, hartos ya del “antiprogreso”, por fin se están poniendo las cosas en su sitio. Si los servicios públicos esenciales se pueden modernizar siendo prestados desde la esfera de sociedades mercantiles, controladas por consejos de dirección ¿para qué queremos seguir bajo el yugo de los servicios públicos?
¡Por fin algo de luz contra el empleo público!
La cosa empezó con AENA, privatizándola en 2011. Por entonces los bomberos aeroportuarios eran empleados públicos, pero todo fue subrogado a una sociedad mercantil que se llamaba igual que la empresa pública (ambas se llamaron AENA durante un tiempo para que el personal se sintiera como en casa). Cuando el personal ya se había consolidado en sus puestos, la empresa pública cambió de nombre y asunto arreglado. Por cierto, aún se puede mejorar el beneficio de los accionistas subrogando al personal de AENA a subcontratas varias, pero todo llegará…
Eso sí, se venderá como servicio público y empleados públicos “a todos los efectos”. Así, mientras prevén que esta última idea acabe con las reivindicaciones de un colectivo en la Comunitat, en cuanto a su gestión directa, ser empleados públicos y consolidarse como un nuevo servicio de emergencias público; a todas luces que esa no es la idea y por algún lado reflotarán esas cuestiones tarde o temprano, pero bueno, ya se atajará como sea…
Este sistema ahora se hace extensivo fuera de la valla de los aeropuertos, poniendo coto, por fin, a la expansión de los servicios de emergencia públicos de gestión directa. ¡Que ya era hora!