Voy a tratar de abordar el asunto de la formación en bomberos desde la óptica de mi comunidad autónoma, pues bien se puede extrapolar el modus operandi a casi la totalidad de CCAA en cuanto a la praxis sobre esta materia se refiere. Así que haré lo posible para que mediante la descripción de lo que aquí sucede, podáis ver un reflejo de, al menos, lo que no hay que hacer.
Nuestro currículo en cuanto a competencias profesionales se refiere procede de los contenidos de aquellas cualificaciones profesionales de nivel II y otras dos de nivel III; que se corresponden con los certificados de profesionalidad que, valga la redundancia, certifican la competencia profesional de los bomberos profesionales.
A su vez, estos certificados, mediante los módulos formativos y las unidades formativas que los conforman, dan cuerpo a los módulos profesionales del itinerario curricular de los ciclos formativos medio y superior de emergencias y protección civil, los cuales capacitan a aquellos que los cursan para ejercer la profesión de bombero y alguna más.
Esto significa que existen una serie de cualificaciones profesionales que describen, por un lado, cuáles son las competencias, capacidades, y las realizaciones profesionales, los criterios de realización, de evaluación y los contenidos formativos que permiten comprobar la competencia profesional de aquellos que nos dedicamos a este trabajo; es decir, que ya somos bomberos, y, por otro, que han servido de soporte a la hora de desarrollar dos titulaciones académicas que capacitan a los estudiantes para ser bombero/a; es decir, capacitar a aquellos que ni siquiera siendo bomberos, lo quieren ser algún día.
En otras palabras, las competencias profesionales necesarias y los contenidos formativos asociados ya están definidos por el Estado (Ministerio de Educación) y las CCAA se han hecho eco de ello mediante las consejerías de empleo y de educación. Por tanto, NO TENEMOS QUE INVENTARNOS NADA.
Yo invito a cualquiera de los responsables de formación de bomberos a que intenten certificar a la plantilla en materia de certificados de profesionalidad para que después le convaliden los módulos profesionales correspondientes en un IES. En primer lugar tienes que constituirte en entidad de formación autorizada por el servicio de empleo de tu comunidad autónoma (cosa que no es en absoluto nada fácil). A continuación llevar a cabo una programación didáctica de cada certificado (que son seis), una programación de la impartición dentro del turno de guardia, unos contenidos y prácticas acorde con el currículo de cada uno y que luego, una vez acabado este proceso farragoso tras unos cuantos años, y obtenidos los certificados, cada bombero ha de matricularse en un IES que oferte estos ciclos, obtener una plaza, y entonces; y sólo entonces, convalidar los certificados por módulos profesionales. Y todavía tendría que cursar y examinarse de aquellos otros módulos no convalidables, como el proyecto, inglés, FOL, RET y el módulo de empresa, e incluso que tenga que cursar el módulo de prácticas en centros de trabajo. Al fin, tras un periplo de unos cuantos años y muchísimo trabajo, solicitudes, burocracia al más puro estilo decimonónico, y muchísima fuerza de voluntad, por fin los bomberos públicos obtendrían su titulación oficial.
En definitiva, existe un modo de certificar la experiencia profesional, por supuesto. Existe una forma de convalidarlo por asignaturas de los ciclos formativos, por supuesto. Pero es como intentar recoger toda la uva de un viñedo en lugar de con un camión de transporte, ir capazo a capazo andando 2 km hasta al almacén; como poder se puede, ¡claro que sí hombre!
Y digo yo, si un trabajador tiene que recoger la uva con un capazo en lugar de usar un camión en pleno S.XXI, ¿no tendrá alguna responsabilidad el empresario que le da el capazo en lugar del camión?
Exceptuando algunos casos puntuales, como puede ser Cataluña, las CCAA ofrecen a sus bomberos una formación de acceso y promoción absolutamente ajena a las cualificaciones profesionales y a los ciclos formativos derivados de ellas. Muchas, podríamos decir que la mayoría, no ofrecen siquiera una formación reglada o regulada a los bomberos de nuevo ingreso o que promocionan, y cuando lo hacen, lo hacen al margen de los ciclos de emergencias y los certificados de profesionalidad. la variabilidad es grande, desde aquellos cuyos cursos de nuevo ingreso no llegan a las 200h hasta aquellos otros que superan las 800. Pero eso sí, absolutamente al margen de los ciclos formativos.
Por otro lado, y para terminar de arreglarlo, los ciclos de emergencia y los certificados de profesionalidad puntúan, y mucho, a la hora de entrar o promocionar, por lo que si eres interino o deseas promocionar lo tienes francamente difícil, ya que no existe preferencia alguna para entrar a los ciclos formativos en los escasos centros públicos que ofertan estos ciclos, ni tampoco se han implantado por las CCAA como formación reglada para sus bomberos a la hora de ingresar en el cuerpo; pero es que tampoco es fácil acceder a los certificados de profesionalidad porque las convocatorias de acreditación son bastante escasas y ralas en plazas.
Por poner el ejemplo de la Comunitat Valenciana: los bomberos de nuevo ingreso han de realizar una formación de 500h en el IVASPE, que consiste en 250h en Valencia, absolutamente teóricas, debiendo desplazarte todos los días y hacer 400 Km, ida y vuelta, si resides en Alicante, para que, salvando las excepciones, a uno le lean un pdf, un powerpoint o, con suerte, le pongan vídeos durante 8h diarias hasta completar las susodichas 250h, y otra fase de 250h en el servicio de bomberos de origen mediante prácticas; lo cual no está falto de improvisación al no estar recogido en ninguna programación didáctica oficial como tal. Por tanto, podemos concluir que se trata de horas que se han programado mediante decreto de forma absolutamente ajena a la cualificación profesional SEAD0111 y, por supuesto, al ciclo medio de emergencias y protección civil que da soporte formativo a aquellos que quieren ser bomberos; y todo por parte de la misma administración pública que hace esta oferta formativa para el resto de ciudadanos. Para mí resulta ser incomprensible se mire por dónde se mire.
Además de eso, esta formación de acceso no cuenta absolutamente para nada, es decir, no se reconoce para promocionar ni de forma explícita queda reflejada su correspondencia con ningún módulo formativo o módulo profesional de los ciclos de emergencia. E incluso al no existir formación reglada y certificada, ocurren cosas como lo que está sucediendo en AENA con el proceso de evaluación de competencias, proceso en el que se pretende evaluar la competencia profesional de bomberos con años de experiencia (cuyo objetivo implícito puede ser dar sostén a despidos objetivos en un futuro), a los cuales, el propio Estado no ha querido cualificar mediante el itinerario formativo que él mismo ha previsto para ellos.
Al resultar que la formación de acceso para bomberos de nuevo ingreso, no corresponde con el ciclo medio de emergencias y protección civil, ni la formación de promoción tampoco hacer lo propio con el ciclo superior, y puntuar MUY MUCHO dichos títulos académicos a la hora de consolidar la plaza o de lograr una plaza en la escala de mando…¿qué creéis que está pasando?
Lo que está sucediendo es que las plazas en los centros públicos tienen “muchísimas novias” y se está echando mano de “estrategias de difícil moralidad” para poder lograr una plaza en ellos, ya que lleva aparejada una sustancial puntuación en los procesos selectivos para acceder o para consolidar la plaza de los interinos. Así que, ante la actual situación, en la que existen cientos de interinos y pocas plazas para los alumnos aspirantes, ha sucedido lo que ya venía advirtiendo yo en este blog hace un par de años: los bomberos están acudiendo a centros educativos privados y están pagando, de media, entre 6000 y 7000 € para lograr dichas titulaciones, viéndose forzados a hacerlo ya que ha habido toda una oleada de matriculaciones; y es que cuando uno ve que sus competidores naturales en las siguientes oposiciones se matricula, uno va y se matricula también, aunque eso le suponga un esfuerzo económico considerable…
Aprovechando la dejación de funciones formativas de las CCAA en esta materia, los centros privados están haciendo el agosto, facturando millones de euros a costa de los funcionarios interinos y de aquellos otros que algún día piensan en promocionar con alguna oportunidad real de hacerlo. ¿Y ante esa realidad se ve que las AAPP no piensan hacer nada?
Para más inri, resulta que los propios decretos que regulan los ciclos formativos (906/2013 y 907/2013), en su articulado especifican lo siguiente:
1. Las enseñanzas conducentes al título de Técnico en Emergencias y Protección Civil, dado el riesgo inherente a la formación contenida en el mismo, se impartirán en centros de formación de protección civil y emergencias dependientes de la Administración General del Estado, de las Fuerzas Armadas y de la Administración de las Comunidades Autónomas y Ciudades con estatuto de autonomía.
2. También podrán impartirse las enseñanzas conducentes a este título en otros centros, para lo que deberán contar con el informe favorable de las autoridades competentes en materia de protección civil de la Administración General del Estado y de la Administración de las comunidades y ciudades autónomas, en su correspondiente ámbito de competencia, en cumplimiento de lo establecido en la legislación vigente en materia de formación en gestión de emergencias y protección civil.
Además, las administraciones responsables en materia de protección civil podrán requerir para la concesión de los informes preceptivos otros requisitos complementarios que se entiendan derivados de la legislación vigente en dicha materia, previa consulta al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
3. Los centros deberán cumplir con lo establecido en este real decreto, con lo dispuesto en la normativa por la que se ordena la formación profesional del sistema educativo y con los requisitos sobre equipamientos necesarios para la impartición de estas enseñanzas, que establezcan en los respectivos currículos las autoridades educativas competentes.
Esto significa literalmente que los principales centros de referencia que deberían impartir estos ciclos NO SON LOS IES, ni públicos ni privados, sino LOS INSTITUTOS DE SEGURIDAD PÚBLICA AUTONÓMICOS. Así lo entendieron en Cataluña, y así se está haciendo con sus bomberos. Sirva de ejemplo de cómo se han de hacer las cosas en esta materia.
El problema que nos encontramos los bomberos es que, salvando las excepciones, las CCAA han hecho dejación de funciones en este sentido, han obviado este precepto de los decretos que regulan estos ciclos y han delegado en los IES la impartición de los mismos sin haber hecho lo propio desde los institutos de seguridad pública para regular, de una vez por todas, la formación oficial de los bomberos profesionales de las AAPP que protegen a los ciudadanos en sus territorios.
Llevo tiempo fijándome en este asunto y he visto cómo de forma absolutamente ridícula muchos bomberos peregrinan por todo el Estado buscando la forma de obtener algún certificado de profesionalidad, intentan matricularse en algún instituto público que oferte en semipresencial, para no tener que estar haciendo miles de km al mes a otra provincia para ir a clases presenciales, pagando ingentes cantidades de dinero por una formación privada que se está impartiendo a profesionales que ya están trabajando y muchas veces saben ya igual o más que aquellos que están detrás del ordenador subiendo las unidades didácticas online.
Lamentablemente, de momento nos encontramos en el paradigma del “se hará lo que no se deba, hasta que se deba lo que no se hará”, dando como resultando un panorama dantesco fruto de un país desorganizado donde las cosas sólo se evalúan en su justa medida cuando ya revientan o se traducen en un problema político para alguien.
Esto tiene que acabar, y la solución pasa sí o sí porque los bomberos tomemos conciencia que no somos, sino, servidores públicos que nos debemos a la ciudadanía, y que existe un currículo formativo, con su oportuna titulación académica, que sirve a nuestros intereses profesionales y que, a su vez, permite ofrecer un mejor servicio público.
La solución pasa porque, de una vez por todas, las CCAA lleven a cabo las reformas oportunas para que la formación de los bomberos de nuevo ingreso sea EL CICLO DE EMERGENCIAS Y PROTECCIÓN CIVIL, y la formación en los procesos de promoción sea EL CICLO SUPERIOR EN COORDINACIÓN DE EMERGENCIAS Y PROTECCIÓN CIVIL.
Para ello disponen de centros de seguridad pública autonómicos, como el IVASPE, legitimados para hacerlo, capaces de hacerlo, y que además de hacer las cosas bien, permitiría acabar con una situación tan injusta como la que estamos viviendo en estos momentos.
Después, en cada cuerpo de bomberos, se organizaría la formación diaria de entrenamiento y la formación de perfeccionamiento según las unidades didácticas de los módulos profesionales de los propios ciclos, actualizando permanentemente los contenidos susceptibles de ser actualizados y revisados de forma periódica. Y asunto solucionado.
Las CCAA pueden y deben hacerlo. Sin embargo: ¿lo harán?…
Por y para bomberos
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