Empleado, póngase la chaqueta

Quería contaros una anécdota que me ha ocurrido hoy y que resulta, para mí, indignante.
Me encontraba en una calle poco transitada de mi ciudad, 14:00 horas del mediodía (32º a la sombra), junto a una avenida principal, pero ya fuera de ella, en una calle que da acceso a un polígono de viviendas de reciente construcción.
Viene hacia mi posición una moto de reparto de hamburguesas y al hacer la curva derrapa en un charco de agua (casualmente había un charco a pesar del calor que hacía, aunque ha durado poco el agua en el asfalto), posiblemente debido a una pérdida de agua de algún camión de riegos municipales o de cualquier otro tipo, ya que había una estela longitudinal en la carretera.
Al chico le ha caído la moto encima de un pie y se ha hecho bastante daño. Al observarlo, hemos acudido varios transeúntes en su auxilio, he cortado la carretera, ya que se trataba de una curva, mientras dos personas le quitaban la moto de encima, y posteriormente le hemos trasladado a una zona segura fuera de la calzada.
Presentaba dolor, posiblemente sufra un esguince y/o contusiones con algún derrame. No hemos querido quitarle las botas hasta la llegada de los sanitarios.
Uno de los presentes ha dicho que iba a llamar al 112, e incluso lo he visto al teléfono. Una vez que teníamos al chico fuera de la calzada he preguntado si se había dado aviso al 112, me han dicho que sí.
Poco a poco los que habían allí se han ido marchando, hasta que en un momento dado me he quedado sólo con el chico accidentado.
Ha llamado a su empresa (No se trata de McDonalds, sino de uno de sus principales competidores…) y han enviado a otro chico con una moto de reparto, el cual ha dejado su moto, se ha llevado la del chico accidentado para aparcarla bien, y ha vuelto andando para volver a llevarse la suya y seguir con el reparto.
Se suponía que estábamos esperando la llegada de una ambulancia. No obstante, al encontrarse trabajando le pregunto si lo ideal no sería que su empresa canalizase el asunto mediante la mutua. Así que el chico llama a su empresa y le dicen que le corresponde ir a un hospital privado en concreto, pero que nadie puede llevarle, que espere a la ambulancia pública y lo acerquen ellos.
Cuando me lo dice le pido que vuelva a llamar y les diga que hablen con la mutua y pongan en marcha el servicio de recogida ambulatoria de urgencias (si es que lo tienen). Le vuelven a decir que no tienen claras esas cosas, que mejor ya se acerca una persona con su coche a llevarlo.
A todo esto llamo al 112 para desactivar el aviso y me dicen “que allí no les ha llamado nadie y que no consta ningún parte abierto sobre este asunto”.
Bien, es decir, que ya podía el chaval esperar a la ambulancia que no iba a llegar en la vida. Así como tampoco iba a venir nadie a recogerle si no llego a insistirle en que llame y rellame a su empresa, porque, a todo esto, es huérfano y su mujer no tiene carnet de conducir, y dada la hora que era, sus amigos se encontraban off y bastante lejos de allí.
Para terminar, quiero recordar que nos encontramos a 32º a la sombra, y el chaval lleva puesta una chaqueta de invierno y un chaleco reflectante encima, equipamiento que le OBLIGAN a llevar TODO EL AÑO, independientemente de la temperatura que haga, ya que se trata, al parecer, de la imagen de la marca, y que además evita daños colaterales en caso de caída. De hecho ya le habían dado dos golpes de calor en lo que llevamos de verano, y para evitar que le volviese a dar iba provisto de una botella de ciclista con bebida isotónica.
Yo os invito a todos a que os paseéis durante una jornada completa por vuestra ciudad en pleno agosto con una chaqueta de invierno con un chaleco reflectante encima y luego me contáis qué tal lo lleváis. A ver si tumbáis bien con la moto.
Fijaros a partir de ahora en esa empresa (que creo que sabéis cuál es) y veréis como sus repartidores llevan la chaqueta en pleno agosto. Cosa que ocurre por una sencilla razón: Porque si no te la pones hay una fila de ocho calles de gente dispuesta a ocupar tu puesto.
Es decir, me encuentro con una persona huérfana, sin nadie que lo pueda recoger, el equipo de empresa no le daba soluciones, sólo se daban por enterados del accidente y habían puesto en marcha el mecanismo de recuperación de las hamburguesas para continuar con el pedido que él llevaba. El que había dicho que había llamado al 112 habrá llamado a su prima la del pueblo, pero no al 112, ya que no constaba su llamada. A todo esto las 14:40h y el chaval tirado en un banco, con un calor como para freír huevos en el asfalto, con un esguince que le impedía caminar, con una chaqueta que no me la pongo yo ni en invierno del calor que da, y más solo que la una.
Si queréis ver de qué va este tema de la deshidratación, las implicaciones que tiene y cómo evitarla, os recomiendo esta entrada (Estrés térmico e hidratación en bomberos).
Yo me pregunto… ¿A qué estamos jugando en esta sociedad?
Lo más importante del mundo es el dinero ¿Eso es lo que debemos enseñar a nuestros hijos? ¿No debería de ser el respeto a los demás? Cuando digo los demás me refiero al entorno enriquecido en el que vivimos (naturaleza con personas incluidas).
Muchas veces digo que en este mundo hay dos formas de alcanzar la felicidad. Una de ellas es ser tonto perdido y no enterarse de nada. La otra es saber hacerse el tonto maravillosamente… de estos últimos siempre ha habido, pero si os fijáis están creciendo exponencialmente.
Si sigues la segunda opción (la primera es involuntaria), podrás alcanzar e incluso mantener una sensación de felicidad casi permanente, aunque déjame que te diga que tarde o temprano se vendrá abajo. Porque tú podrás mantenerte offline de la realidad todo lo que quieras, pero eso te irá deshumanizando cada día más, y al final de ese túnel de egoísmo sólo existe la soledad más cruel y absoluta.
“Transformar una experiencia en conciencia, en eso consiste ser una persona, no en mirar para otro lado.”
#nohagasplanesparaoctubre
#porunaleymarco