Cortoplacismo y desconexión
Bases de un modelo para el mantenimiento de la precariedad
La definición de “cortoplacismo” de reciente inclusión por la RAE en su diccionario, hace alusión al “hábito o práctica de actuar a corto plazo” y cortoplacista hace referencia a lo “perteneciente o relativo al corto plazo, así como a aquel o aquello partidario del cortoplacismo”. En otras palabras: “Pan para hoy y hambre para mañana”.
Por otro lado, el término “desconexión” hace alusión a la “falta de relación o unión entre varias personas o cosas”, la que viene motivada por el ostracismo, el cual proviene del griego “ostrakismos” que significa “destierro” y hace referencia al alejamiento (impuesto o voluntario) de un individuo del medio social o de la participación en actividades comunes.
Si unimos estos términos podemos visualizar un poco mejor cuál es la situación sostenida en el tiempo que estamos viviendo en los cuerpos de bomberos españoles. Por un lado, existe una tradicional falta de unión entre servicios de bomberos, los cuales se han configurado como servicios estancos tanto en funcionamiento y regulación como en representación de los trabajadores.
Esto ha venido ocurriendo incluso entre servicios de la misma provincia, los cuales casi que no se conocen unos a otros, suelen tener incluso conflictos territoriales, y que incluso hasta hace pocos años apenas colaboraban entre sí, existiendo una total y absoluta desconexión entre los distintos cuerpos de bomberos españoles, salvo reuniones y acuerdos puntuales, como el Congreso de Zaragoza o la reivindicación de la jubilación anticipada coordinada por la PUB. Por lo demás, lo que ocurra en un servicio poco o nada importa al resto, salvo si puede servir para comparar y sacar tajada de alguna manera copiando o reivindicando lo mismo para sí (y de lo cual muchas veces nos enteramos por casualidad o a través de las redes sociales).
Siguiendo con la desconexión, es tal el arraigo y el calado que tiene en nuestra profesión, que incluso ha trascendido la frontera interservicios, y dentro de cada servicio ha continuado lastrando nuestro progreso manteniendo una constante desconexión y enfrentamiento entre secciones sindicales que está detrás de muchos de los problemas que tenemos, ya que de ello han sabido aprovecharse los políticos para mantenernos enfrentados. El escaso progreso que hemos experimentado se ha logrado debido a los avances de la técnica (equipos, materiales y vehículos que se modernizan y que se adquieren a través de UNESPA), a la legislación que de rebote nos ha incluido en algún aspecto, o cuando ha habido una cierta colaboración entre sindicatos, y en ellos han existido compañeros con la suficiente dignidad como para mirar por el colectivo y pararle los pies a más de uno. Si no hubiera sido porque los equipos se modernizan y necesariamente son de por sí mejores cada día, y que los paga UNESPA, que la legislación ha ido avanzando, y muchas veces sin pretenderlo nos afecta de forma casi automática, y al trabajo de unos cuantos compañeros que se han dejado la piel, han sabido “conciliar” y se han dejado atrás todo tipo de miras personales, estaríamos todavía muchísimo peor.
Aquí es cuando entra en juego el cortoplacismo que viene a ser aquella forma de ver las cosas con una baja amplitud de miras, centrándose en el aquí y ahora, reaccionando sobre todo en términos de ascensos, dinero y tiempo libre. Aunque suene ridículo, la inmensa mayoría de los conflictos que han logrado atraer a “la masa” se han basado en reivindicaciones que se solían solucionar o con más tiempo libre o con más ingresos. Y en menor medida y menor capacidad de convocatoria, debido a déficit de personal o condiciones de trabajo de interinos. Mientras tanto, y de forma “casual” alguien ascendía, y con ello muchísimos problemas iban pasando desapercibidos dando la sensación de que carecían de interés para cualquiera de nosotros a “corto plazo”. Asuntos como la proliferación de voluntarios, el desvío de fondos para incendios para crear otros servicios contra incendios bajo la fórmula de contrata pública, la creación de unidades militares, la prestación del servicio de bomberos a través de empresas privadas, la ausencia de una normativa común que clarifique nuestras competencias, los ratios de profesionales por población, la homologación de los servicios en cada una de las CCAA a través de leyes propias, el incumplimiento de la LPRL y la indefinición y falta de desarrollo profesional mediante guías y notas técnicas oficiales, la completa ausencia de instituciones estatales que administren, representen y amparen al colectivo de bomberos, realicen las estadísticas, coordinen servicios y ofrezcan servicios de asesoría al colectivo. La inexistencia de un foro oficial en el que se reúnan los cuerpos de bomberos en el Estado, y un largo etc de cuestiones que son imposibles de visualizar debido al necesario cortoplacismo y la desconexión que subyace al hecho de que cada uno deba preocuparse por su entorno inmediato municipal, y no quieran que veamos más allá porque en tal caso quizá seríamos demasiado molestos. Para terminar de arreglarlo, nos encontramos con la existencia de múltiples sindicatos en los servicios, la mayoría enfrentados entre sí por definición (muchas veces con claros objetivos corporativos a los cuales algunos se prestan, olvidando que antes de eso son bomberos).
Los objetivos personales de algunos que saben aprovechar el enfrentamiento para culpar a otros del estancamiento en las negociaciones, la heterogeneidad, estanqueidad y la atomización de servicios, regulados de forma dispar, unido a un déficit normativo común que marque unas reglas de juego a nivel estatal para todos los cuerpos de bomberos, sin duda, está detrás de una parte considerable de nuestros problemas. Y haríamos bien en tomar conciencia de este asunto para ponerle remedio de forma legal y legítima.
En resumen, nos hemos convertido en servicios pasivos, desconectados, individualistas y egocéntricos, con un colectivo que está a la espera de que le lleguen leyes o normas que les afecten y puedan aplicar en su servicio de forma automática, e incluso en su parque, careciendo de interés cómo afectará o si llegará eso al resto mientras a mí me suponga una mejora a corto plazo.
De todo esto que nadie se extrañe que hayan surgido plataformas de bomberos, asociaciones profesionales, sindicatos profesionales y todo tipo de soluciones tendientes a UNIR AL COLECTIVO frente a los verdaderos problemas que tenemos, que no son otros que el CORTOPLACISMO y la DESCONEXIÓN.
Con este diagnóstico, cualquier médico que se precie haría bien en proponer un tratamiento libre de prejuicios o miras personales basadas en beneficios provenientes de réditos farmacéuticos. Y en ese proceder estamos seguros que si queremos tener éxito es necesario que las asociaciones profesionales trabajen conjuntamente con los sindicatos, que entre todos se alcance un consenso en este aspecto tan importante, para que logremos aunar esfuerzos, se acerquen posturas, y logremos alcanzar una propuesta de regulación estatal que pueda ser reivindicada por igual ante las instituciones y los medios. La división, el individualismo y la competitividad entre organizaciones sólo han contribuido, quizá más que otro aspecto, a la atomización, la desregulación y la precariedad de los servicios de bomberos y ha servido de caldo de cultivo para el clientelismo y el beneficio personal.
Necesitamos una norma que regule los cuerpos de bomberos en el conjunto del Estado. Que nos provea de unas instituciones de cooperación comunes, y establezca unas reglas de juego dignas para todos en todo aquello que nos afecte.
Ha llegado el momento del diálogo, del consenso y el trabajo conjunto, del abandono de siglas e intereses personales, y de poner la vista en un futuro próximo que, ahora más que nunca, exige fijar el objetivo sobre la base de que lo más importante es que todos somos bomberos, y que estamos obligados a cooperar entre nosotros si queremos cambiar las cosas.
Aprovecho para desearos …
Bon Nadal, Feliç any 2017
Eguberri , Urte Berri On 2017
Bo Nadal, Feliz ano 2017
Feliz Navidad, Feliz año 2017
Bomberos 080 Nº 5 Noviembre 2016