BOMBEROS DEL PAÍS VALENCIANO

Competitividad vs cooperación

En esta sociedad se nos inculca desde bien pequeñito el concepto de “competitividad” como algo inherente al desarrollo humano y al progreso de nuestras sociedades. Esto es así hasta el punto de que a día de hoy es un concepto con tintes positivos que sin él parece estar condenado al fracaso cualquier proyecto personal o empresarial de futuro. Sin embargo, yo creo que es una gran estafa, porque comparado con el concepto de “cooperación” estaríamos a años luz en muchos aspectos; de hecho es muy común escuchar que uno de los mayores ejemplos de que la competitividad despierta el ingenio y el desarrollo de las sociedades han sido las guerras. Pues bien, en realidad ese progreso ha tenido lugar porque en cada uno de los países enfrentados los científicos han cooperado para lograr un resultado beneficioso a nivel social, es más, en el momento en el que se retorna a la normalidad y vuelve a imperar el concepto neoliberal de la “competitividad”, se pierden esos beneficios sociales en favor de los corporativos y personalistas.

En este sentido, y llevándolo a nuestro contexto profesional, pienso que para lograr algo ” digno” en cuanto a las competencias de extinción de incendios y salvamento, creo en la unificación como el principal reto que se nos presenta si pretendemos alcanzar el objetivo de modernizar los SPEIS, avanzando hacia un modelo de consorcio autonómico con plenas competencias en todo el territorio.

Desarrollo del sistema valenciano de emergencias

Aunque en otra entrada pienso desgranar ese cuerpo único de bomberos autonómico, y cómo podría quedar ese sistema de emergencias valenciano, enteramente público, en este pequeño artículo quisiera hacer unas reflexiones personales…

Bombers del País Valencià

En cuanto a organización territorial se refiere, el estado español ha ido avanzando desde el municipio y la comarca hacia estructuras de gestión más inclusivas, como las provincias y regiones, y a partir de los años 80 se culmina dicha organización con las llamadas “autonomías”, que abarcan varias de las provincias y regiones de antaño.

Es lógico que antiguamente se organizase de forma local, ya que no existían infraestructuras, ni tecnologías de transporte y comunicación efectivas que permitieran superar la necesaria inmediatez y proximidad entre los gestores y los ciudadanos. Sin embargo, hoy en día han sido superadas todas esas barreras; de hecho los territorios autonómicos son de facto países con plenos poderes organizativos, unas más que otras, pero en definitiva, con capacidad para superar las antiguas barreras sociopolíticas que mantenían dicha organización básicamente localista. 

Hemos de partir de la base de que los sucesivos gobiernos centrales de Madrid han hecho las cosas para que los que residimos, trabajamos y, en definitiva, hacemos nuestra vida en la Comunitat Valenciana, debamos considerarla nuestro país, y hacerlo por encima de cualquier otro ente, como pudiera ser la antigua España (esto no es que lo diga yo, es como que nos lo piden a gritos desde las Cortes). 

A título personal, tras mi experiencia en las reuniones en Madrid en las que he participado intentando que promulguen una ley estatal que siente las bases comunes de todos los cuerpos (iluso de mí), he constatado que los parlamentarios del gobierno central tienen muchísimo miedo a los partidos secesionistas, y se llevan muchísimo cuidado con los parlamentos autonómicos y con la FEMP, así que, a pesar de que existe un gobierno central, hemos de considerarlo ajeno a nuestras necesidades reales. Se trata más bien de un entramado centrado sobre todo en Hacienda y en promulgar leyes de dos tipos: leyes ideológicas que creen chiringuitos en los que enchufar gente con el voto afín, y leyes recaudatorias, asegurándose de que ninguna de ellas contravienen pactos de gobernabilidad actual o futura. Sólo hay que fijarse en que, excepto Hacienda, el grueso de sus esfuerzos se centran en competir entre partidos toda la legislatura, maniobrando desde dentro para que el Estado; como dijo algún entendido, pase a ser “residual” dentro de cada territorio autónomo, con la vista puesta únicamente en garantizar el apoyo nacionalista para sus escaños.

En definitiva, debemos considerar que es Madrid quien nos dice que el futuro no es España, sino que tu patria es tu territorio autonómico actual. Yo me he visto obligado a aceptar esa realidad (aunque me ha costado lo mío, quizá por mi edad y educación española). En definitiva España se ha convertido en una magnífica fábrica de crear políticos y ciudadanos independentistas, y ante esa realidad sólo puede acabar pasando lo que ya ocurre “que cada vez más gente piensa que a España no le importa lo que le pase a uno, y en consecuencia, gran parte de los ciudadanos no se identifican con ella”.

En este sentido, a todos aquellos castellanoparlantes que residís en territorios con lengua cooficial, que sepáis que España no va a venir a ayudaros para nada cuando desde vuestro territorio se os prohíba de facto, por ejemplo, estudiar, rotular, escribir o solicitar lo que sea en vuestra lengua materna, o se os ponga difícil el acceso al empleo público, o se produzcan abusos de poder en el ejercicio del nacionalismo lingüístico. Tranquilos que os van a dejar tirados, y encima, si se os ocurre defender vuestra “españolidad” no sólo vais a quedar en ridículo, sino que muy posiblemente sufráis un cruel escarnio social. Y todo para finalmente descubrir que a nadie le importa vuestra causa y mucho menos al gobierno central. 

Si seguís defendiendo vuestra “españolidad” no sólo no vais a conseguir cambiar nada, sino que encima habréis quedado marcados socialmente como fachas (vosotros y vuestro entorno familiar). Así que, cuanto antes entendáis que no merece la pena sentirse español, y que vuestro país es vuestro territorio autonómico, mejor que mejor. Y si queréis un consejo final, “es imprescindible aprender y usar la lengua propia de vuestro país” y hacerla vuestra, prepararos para las pruebas de nivel y obtener al menos el B1, porque cuanto antes aceptéis lo ineludible de esta cuestión, y votéis en las generales a partidos nacionalistas, antes dejaréis de sentiros extranjeros y mejor os irá en esa tierra en la que vivís.

Y no es necesario abandonar el castellano en favor de la lengua propia, eso no lo van a hacer ni los nacionalistas más fanáticos, se trata de adaptarse y dejar de esperar tiempos pasados que jamás volverán. 

A partir de ahora a Madrid sólo iré de visita, como el que va a Burdeos, y a ver a los amigos, que eso es lo único que he sacado de allí, jamás volveré allí con la esperanza de obtener nada para bomberos, no quiero saber nada más de España.

Ojalá que algún día pueda gestionarse con eficacia y garantías el tema de las pensiones desde el País Valencià, sin depender del gobierno central, porque ese día ya quedará más que justificado salir de esta España desigual en la que, por poner un ejemplo gráfico, parlamentarios que se consideran extranjeros en Madrid, están dando órdenes y dirigiendo a otros parlamentarios “castellanos”, que a su vez dejan tirados a sus iguales, para que hagan políticas en beneficio de sus partidos y de sus territorios a cambio de darles apoyo parlamentario, sin mirar si esas políticas perjudican a terceros o contravienen el porqué están ellos ahí (y llevan así cuatro décadas ya). Quiero remarcar la palabra “partidos”, porque que sepáis que lo que hacen nuestros políticos tiene básicamente dos objetivos: los intereses del partido que los ha colocado en esa silla, y sus propios intereses personales. Más allá de eso lo que encontramos es casi todo propaganda (y si no que se lo digan al que compró los trenes de Cantabria).

A todo este elenco de políticos pseudoextranjeros centralistas les diré que el País Valencià tiene y va a tener uno de los mejores sistemas de bomberos de Europa, mirad vosotros por vuestros cuerpos de bomberos, bajar del burro y hacéroslo mirar, que menudas chapuzas estáis haciendo e injusticias cometiendo; en la mayoría de CCAA ni siquiera hay ley reguladora en 2023.

Como colofón a todo esto, la ideología de algunos de estos políticos que se sienten extranjeros en Madrid pero toman decisiones por y para todos (pagados por España además, que también es de risa), incide en que el País Valencià no tiene categoría suficiente para ser considerado como tal sin la tutela del suyo, anexionándose descaradamente nuestro territorio en su mapa geopolítico como si fuesen la madre patria y nosotros una región; y no sólo sin razón histórica alguna que lo justifique, sino sobre todo, sin permiso del Pueblo Valenciano (aunque tienen la complacencia de cuatro traidores al País que por razones lingüísticas se consideran sus vasallos y les han dejado tomar carrerilla a cambio de cuatro palmaditas en la espalda y posiblemente algún que otro euro). Los cántabros no son asturianos por hablar la misma lengua, lo mismo ocurre con franceses y belgas, alemanes y austriacos, colombianos y argentinos y un largo etc. así que por favor, dejad ya la tontería que no cuela y no os pienso votar si no rectificáis.

Los que residan en territorios libres, no tutelados por el nacionalismo excluyente, posiblemente ni estén de acuerdo, ni entiendan siquiera este artículo, no obstante, lo expuesto hasta aquí no hace sino que reforzar en mí la necesidad de encontrar un camino que permita que los que vivimos aquí dejemos de ser esclavos de los intereses de unos y de otros definitivamente, porque ni España nos va a ayudar, ni mucho menos los nacionalistas no valencianos que controlan el gobierno central desde hace más de 40 años.

Para terminar quisiera citar a Miguel Hernández: 

¡Entre las flores te fuiste, entre las flores me quedo!*



* Por si no se entiende bien: a los que renieguen del PV y quieran ser vasallos de otro más al norte, ya estáis tardando en emigrar allí

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