La ciudadanía debe saber que somos cientos de servicios, estancos unos de otros, sin normativa técnica común, que no podemos desarrollar la prevención, que no atendemos a necesidades reales sino a criterios coyunturales, que no acudimos a las emergencias por proximidad sino por limitaciones burocráticas…En la década de los 80 se establecía la prestación del servicio por ley, indicando que debía contar con un estatuto propio y, casi 40 años después, todavía es inexistente; y ha llegado a un punto en el que no se puede ocultar que la descoordinación entre Administraciones Públicas en materia de bomberos resulta contraproducente para los ciudadanos y el medio ambiente.
Es necesario regular este servicio público esencial, con una Dirección General y una Comisión de Coordinación que estudien las necesidades asistenciales y den soporte a las comisiones de trabajo que desarrollen la normativa técnica que necesitamos; sentando las bases comunes sobre las condiciones laborales y organizativas que nos permitan dar estabilidad al sistema. Desarrollando la prevención de incendios y aplicando criterios asistenciales y organizativos basados en estudios técnicos, necesidades sociales y mapas de riesgos que nos permitan atender las emergencias con garantías y sin tantas limitaciones burocráticas.
Las evidentes limitaciones de un sistema de bomberos atomizado y decimonónico no son sino, una oportunidad para hacer política y regularlo.
2 comentarios
Desgraciadamente ya sabemos el interés que tienen los políticos – sus propios intereses. Cuántos SEIS pueden enviar una primera salida adecuada para intervención en incendio estructural, para la cual 15 – 18 bomberos serían necesarios?
Muy muy pocos, pero además, ha habido y hay muchos heridos con secuelas y gente enterrada; y no es una exageración, debido al hecho de que los límites territoriales marcan los ámbitos de actuación de los parques de bomberos, y si sucede una emergencia cerca de un parque de otro municipio, los bomberos no van a salir porque deben acudir los bomberos adscritos a ese municipio donde se produce la emergencia, no el parque más cercano. Eso viene de lejos, ya del siglo pasado, pero tras el desarrollo autonómico se han sumado las fronteras autonómicas y ya el círculo de la precariedad del sistema ha terminado de cerrarse. Sin ir más lejos, en el incendio de Cadalso (Madrid) el fuego comenzó en Toledo, pero hasta que no saltó a Madrid los bomberos del Cuerpo Autonómico no pudieron actuar, porque las fronteras municipales, provinciales y autonómicas son las que marcan las respuestas de los servicios públicos, no las necesidades de los ciudadanos y el medio ambiente. Por otro lado, es tal la heterogeneidad entre servicios, que cuando actúan juntos no hay quien se aclare; diferentes distintivos, escalas, categorías, procedimientos, equipamiento, número de efectivos, inexistencia de protocolos conjuntos y normativa técnica común…es un galimatías importante que todavía empeora más las cosas.